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¿Con qué pie se había levantado ese día? No iba tener un solo respiro. Varian trató de no bajar la vista y devolverle la mirada desafiante a esos ojos verdes oscuros que hacían a su corazón martillear contra sus costillas.

La tensión se podía cortar con un cuchillo.

— Cassandra, ¿qué te sucede?

La morena no dejo de mirar desafiante al de mirada azul al contestarle a la princesa.

— Sucede que quiero que este pequeño bribón me explique esto —tras eso sacó de su escondite...

— ¡Mis tijeras! —exclamó Varian sorprendido, los ojos abiertos como platos a la vez que un ligero sonrojo llegaba a sus mejillas. Que Cassandra las tuviera solo podía significar... Ay...

— ¡Lo sabía! —exclamó la de cabello negro, acusadora.

— ¿Esas son las tijeras qué ibas a regalarme? —preguntó Rapunzel con los ojos brillantes. Esa pregunta descolocó del todo a Cassandra, que no mostró reacción alguna cuando la rubia le quitó las tijeras de las manos, para admirarlas— ¡Varian, es hermosa!

A pesar de estar hechas de Roca Negra, las tijeras brillaban con una luz natural que fascinó a la princesa, el mismo brillo que le encantó la primera vez que se encontró con las Rocas y su cabello de leyenda regresó.

El chico aprovechó eso para desviar la mirada de Cassandra y contestar.

— No se supone que sean hermosas, si no que funcionen —contestó mirando su obra en manos de la princesa.

Ahí estaban en manos de su legítima dueña, las tijeras con las que se había matado las últimas semanas. Suspiró. Ahí estaba su única oportunidad de sentirse algo mejor ese día, si las tijeras no funcionaban entonces pensaría fuertemente el defenestrarse desde lo alto de una torre.

— ¿Alguien me explica qué es eso exactamente? —exigió saber Cassandra.

Había estado molesta con Varian porque pensaba que había roto la promesa... pero si Rapunzel lo sabía, es que no había hecho nada malo. Uff, menos mal que se dio cuenta a tiempo, podría haber metido mucho la pata.

— Varian —la princesa le miró con una sonrisa, otorgándole la palabra para que explicase su creación.

Perfecto, si no funcionaba, Cassandra sería testigo. Que bien. Inspiró y suspiró y le dio a la rubia una mirada de "socorro" antes de volver a devolverle la mirada a la morena, de manera gelida. Rapunzel parpadeó, no entendiendo muy bien el porque de esa mirada. Cassandra tampoco y la verdad, se estaba incomodando.

— Estuve investigando las Rocas Negras y descubrí una falla en su composición alquímica, falla que el compuesto alquímico del cabello de la princesa es capaz de atacar con solo un contacto y quebrar las rocas —explicó Varian y ambas chicas abrieron los ojos como platos.

— Espera, espera, ¿lo qué estas diciendo es que el pelo de Rapunzel es un arma? —preguntó Cassandra parpadeando.

— Solo en lo que a las Rocas se refiere, pero cambiando el compuesto alquímico el ataque funciona al revés —tomó su posible gran creación de nuevo entre las manos—. Podrían cortar el cabello de Rapunzel.

— ¿Alguien a dicho cortar? —los tres desviaron la mirada para encontrarse con que Eugene se unía a la "fiesta"— ¿Qué vamos a cortar, la cara de boba de Cassandra? Me vendría muy bien para animarme, he tenido un día de lo más nefasto.

Y como dándole más énfasis a sus palabras, el que anteriormente fue Flynn Rider se quitó una cascara de plátano del cabello con gesto de asco.

Dejame ayudarte a olvidarme (Cassandra x Varian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora