Dejame ayudarte a olvidarme (Cassandra x Varian)

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Si el Caudillo de Hielo fuese un idiota infantil, podría haber pegado saltos de alegría en ese momento. ¡Esa tonta niña no tenía ni idea de la ayuda que les estaba dando!

Miró a Gothel y, sonriendo, le comentó:

— ¿La has criado tú? Si que te ha salido tonta.

La mujer rechinó los dientes y tuvo que luchar contra el impulso de golpearle, o de intentar hacerlo.

— No deberías hacer eso, no es bueno para tus dientes —continuó con una sonrisa en los labios en plan, "sí, te estoy haciendo rabiar a posta y me encanta".

Hacía mucho que no se sentía tan vivo, gracias a la ayuda indirecta de la princesa el plan saldría rodado y toda Corona perecería al fin... Manitus y él tendrían la venganza que se merecían.

— Vamos mujer, es el momento de dejarnos ver.

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En cuanto salieron al patio de la casa, Eugene enfrentó a su novia.

— Rubita, ¿de qué va todo eso del mayordomo real? —cuestionó el ex forajido.

Es decir, sabía de que iba la cosa, estaban en 1754, toda la gente importante tenía un mayordomo y la princesa no debía ser menos... pero estaba convencido de que su novia no necesitaba eso. Tenía que haber una razón escondida detrás de esa decisión.

— Tengo un plan a largo a plazo —comentó ella, sonriendo hasta con los ojos—. Y necesito a Varian conmigo para llevarlo a cabo.

— ¿Es uno de esos asuntos secretos tuyos sobre los qué no debo saber nada?

Rapunzel asintió.

— ¿Y ahora Varian está en el ajo?

De nuevo asintió.

— ¿Y si le pregunto...?

— No te dirá nada, me lo ha prometido y confio en él.

Está vez fue Eugene el que asintió solemne.

— Un momento, un momento, ¿qué es lo que tenéis vosotros dos entre manos?

— ¿Acaso estás sorda, Cassandra? Es secreto, puff —Eugene puso cara de "no la aguanto" y ella frunció el ceño.

— ¿Nos guardas secretos? —acusó la pelinegra a la rubia.

Rapunzel se encogió ante eso. Eugene siempre se había mostrado muy comprensivo en ese tema, pero no había pensado en como se lo podía tomar Cassandra, quien era su mano derecha en todos los asuntos de su propio mundo.

— Hey, todo el mundo tiene derecho a unos cuantos chanchullos en su vida privada —Lance salió en defensa de la princesa, antes de comenzar a reír entre dientes—. Y yo de eso sé un poco.

— Eso, Cassandra, mi rubita es un personaje público, muestra la cara para muchas cosas, pero ella también tiene derecho a la privacidad.

Rapunzel les sonrió agradecida a los dos varones, sin embargo para Cassandra eso no era suficiente.

— Tienes planes secretos...

La princesa le asintió.

— No son secretos del todo, Varian lo sabe, pero es porque necesito su ayuda —sonrió—. No es nada malo, prometido... Además, después de la pesadilla de esta noche... prefiero tenerle cerca para que Gothel no se lo llevé.

La expresión de Rapunzel cayó y en consecuencia la de Eugene también.

— ¿Gothel no estaba muerta? —cuestionó Lance. Por supuesto, no había querido perderse la historia de como su amigo de la infancia pescó a la princesa de Corona, así que después de unas cuantas preguntas en el Pato Frito ya estaba al día con lo que ocurrió.