Dejame ayudarte a olvidarme (Cassandra x Varian)

22

Llevaron rápidamente a Varian a la que sería a partir de ese día, su habitación. No muy diferente a la que tenía en su casa, puede que incluso más pequeña. Solo contaba con una cama para un solo individuo, un armario y una pobre tabla a modo de escritorio, lo bueno que tenía ese lugar era que contaba con su propio balcón y las sabanas de la cama eran de un lujo y comodidad que nunca se hubiera podido permitir de manera normal. El chico inconsciente se encontraba tumbado en la cama, le habían quitado la ropa empapada y le habían secado como pudieron para ponerle un pijama,  aunque su cabello aun se encontraba algo húmedo, no se habían atrevido a tocarlo mucho. En esos momentos el doctor le estaba chequeando mientras Eugene, Rapunzel, Cassandra, Lance y Lydia se encontraban en la habitación. Harry se encontraba haciendo guardia fuera, tras la puerta. Rudigüer se encontraba hecho una bolita sobre la cama, al lado de su humano.

Finalmente, el doctor se volvió a ellos, sonriendo. Eso hizo que todos respirasen aliviados.

— El chico se encuentra con fiebres, pero nada grave, es muy natural en esta época del año en cambio de estación. Por lo demás, no ha sido más que un susto, este joven reaccionó rápido para salvarle.

Lance le sonrió a Eugene y le dio unas palmaditas en el hombro como diciendo "bien hecho".

— Ahora el muchacho solo necesita descanso y reposo. No le permitan hacer trabajo pesado cuando despierte.

— Gracias, doctor —agradeció Cassandra.

— No se merecen, señorita, solo hago mi trabajo.

— Señor doctor, ¿podría decirnos algo sobre su cabello brillante? —atajó Rapunzel.

El hombre la miró con duda.

— Confiaba en que usted supiese más de ese tema que yo, su Alteza, yo me dedico a la medicina, soy un hombre de ciencia. No sé nada sobre magia.

Rapunzel pasó saliva.

— Comprendo... Gracias de todas formas.

— No duden en volver a llamarme si necesitan algo, le haré una receta al muchacho. Buenas noches.

— Gracias doctor —y dejó la habitación.

— ¡Bueno, menudo susto, eh! —exclamó Lance, tratando de quitarle tensión a la escena— ¡Pero no hay mal que por bien no venga, solía decir Viejales! ¿Te acuerdas de eso, verdad Eugene?

— Por supuesto que si.

— Pobre pequeño... —susurró Lydia y tomó una mano de Varian entre las suyas—. Está helado, iré a traer otra manta.

Hubo algo en la mirada de la mujer, en como miraba al durmiente, que llevó a Rapunzel a hacer un viaje en el tiempo hace un año atrás, cuando se encontró por primera vez con sus verdaderos padres. Ellos la habían mirado de la misma manera en la que Lydia veía a Varian ahora.

— ¿Lydia...? —dijo.

— ¿Sí, su Alteza?

La princesa iba a decir algo, pero se cortó antes de decir nada y negó ligeramente con la cabeza.

— Nada importante, solo olvidalo —la mujer asintió—. Y por favor, llámame solo Rapunzel.

— Lo tendré en cuenta, prince... Rapunzel —y con eso la sirvienta salió de la habitación.

— Ella es hermana de Quirin —le susurró Cassandra a la joven rubia, entendiendo el porque de su duda—. La tía de Varian.

— Oh...

— Hey, ¿dónde se ha metido tu cariñito? —preguntó Lance y, ciertamente, Andrew no se encontraba.

Cassandra hizo un esfuerzo por no maldecir en voz alta y miró hacía Eugene.