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El grito de muchas jóvenes presentes dejo sordos por un tiempo a muchos de los otros sirvientes.

— ¡ES UNA AUTÉNTICA LINDURA DE NIÑO! —aseguraron con los ojos brillantes.

— Uhh... gracias —Varian por supuesto no se esperaba eso para nada y sus mejillas se tiñeron de un dulce rosa.

Lydia rió entre dientes.

— ¡Y además es educado! ¡Que tierno!

— ¿Este es el brujo? —preguntaron otros atónitos, ya que desde luego al igual que le ocurrió a Cassandra la primera vez que le vio bajo la armadura, no se podían creer la realidad de lo que veían— ¡Imposible, seguro que es un hechizo para ocultarnos su auténtico aspecto!

Varian bajo la cabeza, Lydia gruñó ante eso y muchos callaron. Entre los sirvientes del castillo, ella era la que mandaba, nadie se atrevía a cuestionar su genio de mil demonios.

— ¡Tonterias! —exclamaron maravilladas las jovenes. No se las podía culpar, es duro ser sirvienta a tan corta edad, ver llegar a alguien nuevo que es más joven que tú en esa situación, es muy difícil ocultar la emoción— ¡Será nuestro pequeño hermanito! 

En seguida les rodearon a ambos y se presentaron, pero hablaban todas a la vez atropelladamente y nuestro pelinegro no pudo comprender palabra.

— Chicas —Lydia las interrumpió y en seguida todas callaron—. Necesitáis el tiempo para prepararle.

— ¡Muy cierto! —exclamarón y tomaron al chico de ambas manos— Ven, siguenos.

Pero Varian parecía renuente a ir.

— Vamos, veté —Lydia le instó con una sonrisa— Nos veremos más tarde en el salón del trono.

Él asintió y se dejo guiar por los salones del castillo por ese grupo de locas.

— Se ve muy joven —comentó uno de los sirvientes cuando se perdió de vista.

— Parece ser que tiene raíces plebeyas...

— ¡Pero que dices!

— ¡Pensaba que ese tipo de cosas ya no se hacían!

— No me quiero ni imaginar los problemas por los que debe de pasar su familia para verse obligados a eso.

— Pobre muchacho.

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Cassandra tuvo que luchar contra el bajo del vestido a medio hacer, pero gracias a Dios pudo sacárselo sin romper ninguna costura. Suspiró. A pesar de que no estaba acabado el vestido de novia comenzaba a verse como una maravillosa obra de arte.

— Lástima que en realidad no sea más que un desperdicio, nunca vas a ver ninguna boda amiguito —dijo palmeando la falda blanco hueso del vestido, menos mal que Eugene no podía verla hablando con una prenda de ropa o no le habría faltado tiempo para reírse de ella—. Todo sea por mantener la farsa. Por Corona.

En ese momento notó a sus espaldas el sonido del batir de alas. Su búho estaba posado en la ventana de su habitación.

— Owl, por fin —Cassandra estiró el brazo y Owl se posó en el—. ¿Pudiste notar algo fuera de lo normal? Bueno, lo normal en Varian.

Owl comenzó a ulular y los ojos verdes de Cassandra se agrandaron por momentos.

— ¿Enfermo? —preguntó preocupada— ¡¿Alguien extraño en su habitación...?! Okey, okey, Cassandra, tranquila. Esto que estás haciendo es enfermizo, ¿pero qué te pasa? Respeta su privacidad. Para ahora que estás a tiempo.

Dejame ayudarte a olvidarme (Cassandra x Varian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora