CAP (52). Final

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                             Y así es la vida

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                             Y así es la vida.
                   De repente todo cambia.
       Y aunque tus sueños parecen muy lejos
            Tarde o temprano se cumplieran.

     Había pasado mi vida en etapas y en diferentes conjunciones pero nunca en mi vida me había sentido más estable que a su lado.
    El tiempo me la sacó en el camino pero fue el destino quien me la puso delante de los ojos una y otra vez. Creo, que puedo darle gracias por haberme escogido una compañera de camino tan perfecta como ella. Tan malhumorada en la mañana, tan activa el día y tan tierna por las noches.

      —Amor...—sentí su mano en mi mejilla, acaricíandome con ternura y sonriéndome con una onda de tristeza.

     Para mi no fue fácil explicarle algo que ni yo entendía, por lo tanto lo único que pude decirle fue que mi madre esta cumpliendo su condena  y que tal vez en unos diez años saldrá.

     —Mi madre escogió el camino equivocado y ahora le toca pagar por sus errores.—me encogí los hombros.

     —Pero sigue siendo tu madre.—me sonrió mientras agarró más fuerte mi mano entre las suyas.-El amor nos hace cometer muchos errores.

     —Rose, no la defiendes por favor, menos justificar sus acciones bajo el nombre del amor.

    —Pero es cierto, Colín. ¿Tú crees que ahora a mi me importaría si fueras un narcotraficante o no se cualquiera otra cosa? Si una vez escogí amarte a ti es imposible que algo cambie.

    —Tú te alejaste de mi para protégeme a mi, a Lana y a Diego, ella no lo hizo. Ahí es la diferencia.

    —Colín, estoy de acuerdo contigo pero...debemos mantener y una gota de humanidad hacia ella. Se equivocó pero no debemos ver todo lo que ella hizo siendo mal. —intentó explicarme.—Yo no podré olvidar el momento en cuál me dio una oportunidad cuando nadie lo hacía. —suspiró.—También fue a mi lado cuando se trató de mi embarazo, me aconsejó. ¿Realmente podemos verla pintada en negro por completo cuando ella solamente no pudo alejarse del hombre que amaba?

      —¡El hombre que amaba es un desgraciado, Rose!.—exclamó.—En algún punto quiso separarnos, ¿entiendes esto?

     —Lo sé pero...

     —¿Pero que?—pregunté algo irritado.

     —No quiero tenerle rencor.—negó con la cabeza.—Y tampoco debes hacerlo tú, esto solo nos quitará la felicidad que podemos vivir.

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