3. Una conversación y una taza de café

12.7K 952 64
                                    

3. Una conversación y una taza de café

Maia miraba a Sara devorar aquel pedazo de pastel de coco junto a su taza de café humeante, lo primero que había notado era la palidez en su rostro, y claro sus ojeras, no parecía haber descansado muy bien en los últimos días y quizás eso le estaba pasando factura.

― ¿Mejor? ― pregunto suavemente.

Ya todos se habían marchado dejando a las chicas a solas. Maia no tenía ni idea de que ocurría, pero no iba a dejar sola a aquella chica mucho menos con aquel clima así que luego de casi quince minutos en los que convenció a sus compañeros para dejarlas a solas finalmente se había sentado a su lado esperando que Sara le dijera que sucedía.

― Lamento todo esto ― suspiro ― no...no..no sé qué...que me...pasa yo...

― Hey tranquila, todo estará bien, pero respira un poco te traeré más pastel ― dijo regalándole una sonrisa.

Maia camino hacia el mostrador y tomo una bolsa, coloco lo que restaba del pastel y varios pastelillos adicionales, así como una bolsa con café y otra con azúcar.

― No tienes que contarme si no te sientes lista o no confías en mí, pero si algo anda mal quiero que sepas que puedes venir y contarme...puede que sea una completa extraña, pero ... dicen que no hay nadie mejor para escuchar tus problemas que alguien que no conozcas ― comentaba dejando la bolsa frente a Sara.

― No puedo aceptarlo

― Hazlo, sabes están buscando alguien que ayude con la biblioteca, mi mejor amiga trabaja allí y me comento que necesitan personal por estas fechas...

― ¿Una biblioteca? ― pregunto con un cierto halo de esperanza que hizo a Maia sonreír.

― Si, queda a par de cuadras de aquí, ve mañana y yo arreglo todo.

― Yo...no soy...no soy buena...no...puedo...

― Claro que puedes, vas a ayudar a acomodar libros, ordenar fichas de entrega, podrás leer y tendrás un espacio tranquilo en donde trabajar, tu puedes hacerlo.

Sara aún mantenía su mirada en la taza de café frente a ella y solo asintió. Si podía hacerlo, era un trabajo sencillo y tranquilo ideal para ella.

― Gracias...

― Sabes, me intrigas, no lo digo en una forma extraña ni mucho menos, pero sé que a veces el mundo afuera puede ser difícil. Te diré algo que suelo repetirle a Lara, la felicidad no es una simple sonrisa, mucho menos un momento de éxtasis, la felicidad llega a tu vida después de miles de batallas perdidas y créeme cada uno pierde mucho en el camino, pero basta encontrar una razón, una pequeña ― sonreía recordando la sonrisa de su pequeña ― para seguir.

―La felicidad no es una sonrisa ― repitió esta vez alzando la mirada y notando como Maia sonreía. Por primera vez veía su rostro tan cerca de ella, tenía ojos color café oscuro, casi como el chocolate, además brillaban, había un brillo en ellos que estaba segura haberlo visto antes.

― Vaya tienes los ojos claros...como el cielo ― comento mirándola fijamente y en cualquier otra situación Sara hubiera salido corriendo, pero no quería hacerlo, quería continuar mirando a aquella chica. ―Ánimo Sara, piensa en esta como un nuevo comienzo

― Lo haré.

― Esa voz me agrada, bueno creo que debemos irnos, debo cerrar y Lara espera por mí.

― Sí. Si eso...gracias.

― No te preocupes, mañana ve a la biblioteca a las diez de la mañana Alice te ayudara con todo y espero verte en el centro de ayuda junto a Lara.

Ojos de CieloWhere stories live. Discover now