23. Estoy contigo

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I'm With You - Avril Lavigne

23. Estoy contigo

Sara odiaba las multitudes.

Y eso era exactamente lo que tenía frente a sus ojos aquel miércoles por la mañana, su madre le había dicho que llegaría cerca del medio día así que Sara había tomado un autobús hasta llegar a la estación de trenes. Lo primero que había notado era la cantidad de gente que había allí ¿Por qué no podía ser una solitaria estación como en las películas? Pensaba recordando que la noche anterior ella y Maia habían visto una película en la que sus protagonistas debían tomar un tren en una estación casi desierta.

La vida no es como en las películas, fue lo que recordaba la chica mientras apretaba fuertemente su bolso. Sabía que debía respirar y tranquilizarse, pero eran demasiadas personas. En vista de aquello se alejó un poco del lugar por donde llegaría el tren, se arrimó a una de las paredes y respiro profundamente.

Debía haber aceptado la ayuda de Maia pensaba mientras de a poco volvía a sentirse tranquila. La chica se había ofrecido a llevarla a la estación y estar a su lado, sin embargo, Sara sabía que no era buena idea, primero quería hablar a solas con su madre y decirle todo lo que sentía y todo lo que había vivido a lo largo de aquellos casi siete meses que llevaba conociendo a Maia.

Sara espero pacientemente hasta que su reloj marco las 12:30 p.m. y el tren llego a la estación, permaneció lejos de la multitud hasta lograr ver a su madre, quien finalmente luego de un par de minutos bajaba del tren.

― Mi amor ― decía alegremente ― cuanta gente, parece día de feria allá en el pueblo, pero mírate estas hermosa.

Sara solo sonrió y se acercó a abrazarla fuertemente, había pasado demasiado tiempo, amaba a su madre, amaba que siempre la hubiera impulsado a ser mejor, pero lo único que deseaba en ese momento era que la abrazara que entendiera.

― ¿Qué tal el viaje?

― Uy muy tranquilo y bonito, hace mucho que no venía acá, pero tú ya debes estar acostumbrada

― Un poco si ― asintió ― ¿vamos?

― Claro mi vida

Salieron de la estación en silencio. Sara noto que a un par de cuadras había un pequeño restaurante así que le insistió a su madre quedarse allí a almorzar.

― ¿Todo bien Sarita? ― preguntaba su madre mirándola con una pequeña sonrisa. ― ¿ya vas a contarme de tu novio?

― Oh ― suspiro ― bueno ― debía contarle. ― de hecho, no es un novio, si es alguien muy importante en mi vida, además me hace feliz...

― Aww amor, pero eso es muy bueno ¿Cómo es él?

― Es... es una persona que ... mamá ― dijo un tanto nerviosa ― es una chica, se llama Maia, ella vive no lejos de aquí y trabaja en una cafetería, además tiene una hija pequeña se llama Lara ― sonrió recordando a la pequeña ― ella es increíble, ambas lo son, me han ayudado mucho...

― Oh bueno, tienes una amiga muy buena a tu lado debiste decir eso amor ― sonreía aun sin comprender lo que ella trataba de decir.

― Maia no es solo mi amiga ― susurro ― yo la quiero... de hecho la amo mucho, bastante ― suspiro ― y ella me ama de la misma forma.

― Sarita no entiendo ¿esa chica es tu novia?

― Si, bueno no se lo he pedido formalmente, pero lo es, ella me cuida, pasamos mucho tiempo juntas, compartirnos tiempo con Lara también... ella es genial mamá

Ojos de CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora