Ojos de Cielo

28. Un millón de estrellas

Cold Coffee - Ed Sheeran

28. Un millón de estrellas

Sara comenzaba nuevamente clases.

Estaba nerviosa ¿Por qué? Bueno, aunque su examen había ido muy bien una parte de ella aún continuaba susurrándole que no iba a poder. Sin embargo, aquella horrible voz iba desapareciendo. Llevaba 96 días y aquello era algo increíble. Su progreso era notable y gracias a aquello todo parecía ir mejor.

Había pasado varios días desde que habían vuelto de su escapada al lago, lo recordaba como un hermoso sueño y es que desde aquel momento su relación se había tornado aún más estable, más formal, con menos miedos y adoraba aquello.

― Hey ― murmuraba Maia.

Eran cerca de las seis de la mañana y Maia está acostumbrada a despertar a esa debido a Lara, pero ver a su chica mirando al techo tan temprano no era común.

― Buen día ¿te desperté?

― Te mueves mucho ― sonrió acurrucándose a su cuerpo ― pero está bien, siempre despierto a esta hora ¿Qué sucede?

― Lo siento ― susurro abrazando a Maia ― estoy un poco ansiosa por hoy.

― Oh, es normal linda ― le decía manteniendo sus ojos cerrados y disfrutando de su cercanía.

― ¿Si? Bueno así me siento, no quiero arruinarlo nuevamente

― No se trata de arruinarlo amor ― decía tratando de hacerla entender ― es una nueva oportunidad, no quiero que pongas demasiado peso encima de ti porque al final de todo lo que importa es que lo estas tratando... y créeme te admiro por eso.

― Te amo ― le sonrió ― gracias por esto.

― Te amo también ― le susurre. ― iré a despertar a Lara, es hora de prepararnos para el gran día.

Ambas chicas se levantaron, mientras Maia camino hacia la habitación de su pequeña Lara, la chica de ojos de cielo entro al baño, aunque seguía sintiéndose nerviosa estaba mejor, Maia siempre tenía razón era momento de dejar de poner peso extra sobre ella. Era un gran paso, el tan solo hecho de presentarse ya era otra batalla ganada.

Cerca de las ocho de la mañana Sara ya había llegado a la facultad.

"Nunca era tarde para comenzar"

No, no lo era, estaba más que decidida a terminar su carrera, eso era lo que había buscado desde que había llegado a aquella gran ciudad, debía hacerlo, quería cerrar un capitulo más en su vida y estaba más que dispuesta a dar todo de sí para lograrlo.

...

Maia caminaba nerviosa por la cafetería, miraba su reloj notando que hacia quince minutos Sara debía haber llegado. Habían quedado en la mañana reunirse después de sus clases así que impacientemente caminaba ante la atenta mirada de Lisa.

― Harás un agujero en el piso y no pienso limpiarlo ehh ― le comentaba mirándola curiosa.

― Oh vamos, no estoy nerviosa

― Le diste veinte dólares de cambio a aquella mujer cuando te pago con un billete de cinco, así que claro, no estas nerviosa ni despistada

― Fue un pequeño error

― Si claro, pero no entiendo ¿Por qué te preocupas tanto? Sarita sabe cuidarse además ya sabe cómo es esto, confía en ella.

― Lo hago, pero no quiero que algo la haga retroceder ¿me entiendes?