10. Miles de señales

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10. Miles de señales

Maia se quedó allí en medio del pasillo admirando aquella escena, no quería despertarlas, pero Lara necesitaba descansar bien en su cama así que con toda la pena del mundo se sentó al lado de Sara y acaricio su mejilla delicadamente hasta que sintió como la chica se removía.

― Lo siento nos quedamos dormidas ― susurro la chica

― Lo note ― sonrió notando el cuidado que tenía Sara con su pequeña.

― La llevare a su cuarto ― comentaba aun un tanto adormilada.

La joven madre solo asintió y comenzó a ordenar los dibujos... pero uno en especial resaltaba entre todos, era una pequeña Lara, al parecer Sara lo había dibujado y lo que más llamaba su atención era la nota que ponía al final.

"Gracias por iluminar mis días"

Se sentía emocionada, agotada y bastante confundida así que decidió dejar de arreglar y quitarse los tacones, odiaba usar eso ¿Por qué una mujer los usaría? Pensaba que eso era exactamente lo que Sara diría si las escuchaba quejarse.

― ¿Cómo te fue? ― pregunto regalándole una cálida sonrisa.

― No fue lo que esperaba

― ¿Dónde fuiste? Alice dijo que no quería saberlo así que me dejo con la intriga...

― Oh bueno ― suspiro ― fui a una cita

― Ah ― fue lo único que dijo ¿una cita? Bueno Maia era hermosa era más que obvio que tuviera cientos de pretendientes ¿Quién no desearía una oportunidad con ella?

― Nada serio y la verdad resulto terrible, creo que las citas ya no son lo mío o bueno él no es lo mío ― comentaba acomodándose en el sofá.

― No sabía que tenías... novio

― Oh no, no es mi novio, pero me invito a salir así que acepté, pensé que podíamos llegar a conocernos mejor, pero...no fue lo que buscaba.

― ¿Era malo? ―preguntaba con cierta inocencia que Maia solo sonrió.

― No, no era malo, pero no logro hacerme sentir especial ¿lo entiendes? Quiero... ― lo pensó por un momento ― dios ni siquiera yo sé lo que busco.

― Bueno, no desesperes ― comentaba haciendo reír a Maia.

― Cuando pienso que no puedes ser más increíble, vas y me sorprendes ¿quieres ver una película?

― ¿Contigo? ― pregunto mirándola con un brillo en sus ojos que no logro descifrar

― Si, conmigo ― sonreía ―iré a ponerme algo más cómodo, tu elige la película regreso enseguida.

― Claro ― asintió rápidamente.

Maia tomó una bocanada de aire y camino hacia su habitación, busco algo más como que aquel vestido escotado, se sentó en el filo de la cama y comenzó a quitarse el mismo.

Su noche no había terminado como lo esperaba a decir verdad pensaba en Dean como un buen prospecto, alguien que había llamado su atención y con el tiempo podría convertirse en algo más... pero se había equivocado, después de apenas una salida con aquel chico estaba más que convencida. Él no era lo que buscaba, al menos de eso estaba segura.

Un tanto perdida en sus pensamientos volvió a la sala en donde Sara ya estaba lista en el sofá, pero su mirada no estaba fija en la pantalla del televisor sino en un libro. Uno en particular que hizo sonreír a Maia.

― Se lo dieron a Lara en el centro de apoyo ― susurro la chica mientras se sentaba a su lado

― Es increíble ― comentaba enfocada en aquel libro que mostraba varias frases, palabras y demás en lenguaje de señas. ― ahora que va a operarse tu...

Ojos de CieloWhere stories live. Discover now