Epílogo

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Epílogo

Seis años después

Había varias cajas que no tenía ni idea de donde habían salido. El lugar era enorme. Nada parecido a su pequeño departamento. Mudarse representaba un gran cambio, pero era momento de hacerlo. Lo había hablado varias veces con Maia, pero ahora finalmente era una realidad.

Era su casa. Su propia casa.

Había pasado seis años y con ello varias cosas. Primero Maia había logrado terminar su carrera y ahora estaba lista para ejercer su profesión. Sara por su lado llevaba dos años trabajando para una editorial como escritora.

"Mamá" suspiró notando que no la hacía caso "Mami Sara"

― Ay Lara amor, perdón me fui de este mundo ― le sonrió ― ¿Qué sucede peque?

Lara ahora tenía 11 años y era una de las mejores en su escuela. No, no había sido nada fácil pero el apoyo de sus madres siempre había sido indispensable.

La primera vez que Lara se había referido hacia ella como su madre había sido hacía ya más de cuatro años atrás y aun podía recordar la emoción que sintió. Aquella referencia era única, era el resultado de la confianza y el cariño que se tenían.

"Mami dice que la ayudes con unas cajas"

― Si enseguida amor ― asintió y camino dentro de la casa. Todo era un caos, sabía que tenían mucho trabajo por delante organizando cada cosa

― Creo que nos faltan cajas ― murmuraba Maia mirando con el ceño fruncido a su alrededor

― Yo creo que hay más cajas de las que teníamos ― se encogía de hombros.

― No, estoy segura, tenía una caja que decía "Maia"

― Hay como veinte de esas amor ― sonrió.

― No, pero falta una estoy segura ― se tomaba el rostro entre sus manos ―vaya

― Si... deberías relajarte un poco ― se acercaba a abrazarla

― No puedo hacerlo, quiero que todo este perfecto además Joaquín vendrá mañana de casa de sus abuelos.

― Le gustara, es un niño todo le parece brillante e increíble.

― No lo se

― Te estresas demasiado ven aquí y dame un beso

― Sara ― sonreía mirando a la chica de ojos de cielo ― ¿Por qué estás tan calmada? Digo mira esto nos esperan semanas de organizar cada rincón de la casa

― Porque lo único que puedo pensar es en lo feliz que me siento es nuestra casa, la compramos Mai, es nuestro...

― Deberías dejar de ser tan adorable, me es imposible resistirme ― se acercó a besarla lentamente ― te amo.

De pronto escucharon varias voces en la entrada de la casa así que se separaron y caminaron hacia el lugar para saber de qué se trataba.

― ¿Mamá? ― dijo Maia sorprendida

― Ay hija Joaquín estaba tan emocionado que decidimos venir antes, además dice que quiere ver su habitación

― Mami ― decía un emocionado pequeño. Vestía unos pantalones negros y su camisa del hombre araña que tanto le encantaba

― Amor de mi vida ¿Por qué no me avisaste que vendrías? Sonreía Sara sosteniendo al pequeño entre sus manos

― Abu dijo que era sorpresa

Ojos de CieloDove le storie prendono vita. Scoprilo ora