024 ; Suspiros

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Suspiros, de alivio o preocupación.

...

Con la recuperación de Hanae, Haruitsuki volvió al inframundo buscando entre los miles de libros y registros de la gran biblioteca del legislador algo referente al youkai o fenómeno que últimamente había estado presentándose.

Hanae había estado en su casa desde el día del incidente, aunque se sentía en perfecto estado, su hermana y su madre le habían prohibido presentarse a la escuela. Estaban asustadas sobre la enfermedad que había afectado al menor, totalmente desconociendo el origen de los hechos. 

Incluso le hicieron pruebas de sangre, Hanae tuvo que ser pinchado por una pequeña aguja que, según la enferma no dolía nada... 

Pura mentira, dolió como una puñalada en el brazo con una espada del shogun.

Había tenido fiebre la última vez, probablemente debido a aquella aguja, por alguna razón es como un efecto secundario a ser pinchado.

Se encontraba en su habitación, leyendo el libro de literatura japonesa que la profesora había mandado la última vez que fue a clases sentado en el suelo de piernas cruzados. Se sentía tranquilo, con Peludito en su regazo dormido dándole calidez y paz en su lectura, con el viento fresco de la primavera y el olor de las flores de la floristería de su madre. Escuchaba de vez en cuando la campana de la tienda cada que un cliente entraba, cada que lo escuchaba, se imaginaba la cálida sonrisa de su madre dándole la bienvenida junto con alguna frase en lenguaje floral que probablemente el cliente no entendería, pero que seguramente había sentido la amabilidad de sus palabras.

Concentrado en el sonido del viento seguía con su lectura, las páginas de su libro que buscaban con la brisa bailar hasta último capitulo del libro pero una de sus manos lo evitaba. 

El sonido de la puerta de su closet deslizándose lo hizo girar su cabeza en aquella dirección, viendo al rubio de ojos como el oro entrar mientras cerraba la puerta tras de sí, con su usual kimono y una bolsa colgando de sus manos de alguna tienda de conveniencia.

- Bienvenido - Saludó el menor con una pequeña sonrisa, cerrando el libro que leía y prestar atención al recién llegado, viendo como este se sentaba junto a él en el suelo, poniendo la bolsa que traía en el regazo de Hanae.

- Traje pan de melón, parece que ya te sientes mejor. - Comentó poniendo su mano bajo el flequillo del de ojos azules para tocar de forma suave su frente y verificar su temperatura.

- Estoy mejor desde esta mañana, ojalá mamá me deje volver a la escuela no quiero perder más clases...- Le dijo desenvolviendo su pan favorito de la molesta envoltura y dándole un mordisco después.

- No creo que sea buena idea, el fenómeno ha calmado la frecuencia de sus ataques pero probablemente quiera volver atacar a viejas victimas. Es mucho más fácil afectar a los más débiles de salud.- Dijo, quitándole una migaja de pan al contrario de la comisura de sus labios y guardando sus manos en las mangas del hiori  después.

- ¿A qué te refieres? ¿Haz encontrado algo? - Preguntó recostando su cabeza sobre el hombro del rubio en busca de cercanía.

Haruitsuki puso sus manos sobre el regazo del de ojos zafiro, acariciando suavemente el blanco y brillante pelaje de la bola de pelos, haciéndola sonrojarse de afecto.

- Han habido cuatro victimas desde que apareció - Empezó a contar - La primera: Shinohara Saki, clase 2-1 de segundo año, padece de pulmonía. - Hizo una pausa, mordiendo un trozo de pan que Hanae le ofrecía - La segunda: Mitsuki Suhiro, tercer año, tiene problemas cardiovasculares. La tercera: Osano Masamune,  clase 2-3 de segundo año, sufre de sangrado nasal. El cuarto... - Hizo otra pausa y miró tranquilo al menor en su hombro- Ashiya Hanae, primer año, aparentemente débil ante presencias malignas.

- ¿Eso quiere decir que el Ejecutivo es maligno? - Rió Ashiya mirando al mayor.

- Nunca dije que eso, pero dejémoslo a libre criterio - Rió tomando la mejilla del menor y dándole un suave beso sobre su risa.

Hanae largó un suspiro aún recostado al mayor, siguieron allí juntos con Peludito entre ellos, esperaban pronto acabar con todo este lío y poder retomar sus trabajos usuales de la Mononokean.

El viento de la aún abierta ventana de la habitación hizo girar las páginas del libro que Hanae había dejado de leer hasta que llegó el rubio. Mostrando un dibujo un poco tétrico de tinta negra en la página izquierda.

El Ladrón de los Suspiros

 Desde la antiguedad, las viejas familias del pueblo de Gyoson vivían bajo la maldición del fenómeno del Hitoiki Nashi, se decía que era el espirito de un pescador fallecido, cuya alma quedó atrapada en el viento haciendo a su alma volar y propagarse igual que el aire, trayendo consigo la desgracia de quienes sintieran una suave brisa adentrarse en su cuerpo. Los pueblerinos de Gyoson vivían asustados, usando diferentes prendas y trapos para cubrir la mitad de su rostro tratando de evitar el respirar la brisa maligna. Hitoiki Nashi se propagaba de manera lenta, tranquila y sin apuros, se alimenta de los suspiros de la gente robando hasta la última partícula de aire que se encuentre en el cuerpo del poseído. Su objetivo es robar los suspiros de las personas hasta lograr que la suave brisa se convierta en un viento devastador, ocasionando un huracán que pueda acabar con el pueblo entero. Y así pasó, el antiguo pueblo de Gyoso desapareció, sin dejar un solo suspiro de las personas inocentes.

 Una vez Hitoiki Nashi aparece, no se detendrá. Afectará a los más débiles y luego cuando se recupere y ocupe su forma más masiva, acabará con el lugar que ha escogido maldecir. Nadie sabe porqué lo hace. Sabios ancianos dicen que el alma del pescador quiere escapar del viento y que su única manera de propagarse es robando los suspiros de las personas, dicen que; tal vez el pueblo de Gyoson pudo ser salvado, si tan solo todos los habitantes hubieran rezado por el alma del pescador buscándole un lugar en la tierra, en los árboles, en las rocas o el cielo. 

 Los habitantes de Gyoson fueron acabados, por su ingratitud a los muertos. Desde entonces en Japón, se ha vuelto tradición rezar por las almas perdidas y atrapadas que buscan encontrar su lugar espiritual donde su alma pueda ser liberada. 

HE VUELTO Y SE VIENE LA EMOCIÓN! Espero les guste el capitulo! besoooss xoxo


 



Skin | AbeshiyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora