Skin | Abeshiya

026 ; La Sonrisa

La sonrisa; que me enamoró y quiero ver cada día.

...

En algún momento de todo este tiempo que ha estado con Hanae a su lado siempre apoyándolo y siguiéndole fielmente en su camino ayudando a los youkais perdidos y espiritus que los rodean, se ha fijado de como a pesar de todo con Hanae a su lado todo era diferente.

Si Haruitsuki pudiera ver almas humanas, tal vez hubiera preferido morir que ver incluso su propia alma frente al espejo, pero le hubiera gustado ver la pureza que rodeaba a Hanae.

No es una pureza que precisamente refleje inocencia, aunque Hanae posea mucha de esta, sino una pureza sobre lo noble que es. Hanae siempre es honesto, incluso cuando odia admitir que se ha equivocado o que ha actuado de forma incorrecta siempre se disculpará.

Hanae sonreía a su lado, contando alguna anécdota de su infancia con mucho entusiasmo. Haruitsuki lo escuchaba aunque estuviera a punto de dormirse sobre la ventana del bus donde se encontraban, le gustaba escuchar aquella voz chillona a su lado incluso más que dormir. 

El viaje escolar a era Hokkaido, reconocido en todo Japón por la playa, el clima y la buena gente. Siendo uno de los lugares turísticos de Japón más interesantes y conocido incluso en el mundo.

Cuando finalmente llegaron a su destino, los estudiantes bajaban tranquilamente del vehículo con bolsos y maletas. Los dos jóvenes de la Mononokean bajaban tomados de las manos con Peludito en el hombro de Hanae y con Yahiko en el hombro de Itsuki.

Cuando Yahiko se enteró que Haruitsuki estaría fuera por un tiempo, decidió viajar con él. No le pregunto, simplemente le avisó que iría con él. Así era Yahiko, todo un travieso.

Haruitsuki esperaba que el youkai zorro y su novio no tuvieran una de sus discusiones usuales de niños pequeños.

- Itsuki - Nombró Yahiko aburrido - ¿Ya nos vamos? ¡Hace tanto calor! - Se quejó pataleando sobre el humano.

- Te dije que te quedaras en Tokio - Le reprochó, pasándole una botella de agua que había tomado de la mano de Hanae.

- Tal vez deberías doblar las mangas del kimono - Recomendó Hanae con una sonrisa, acercándose y arrodillándose frente al pequeño youkai zorro, extendiendole su mano para ofrecerle ayuda, a lo cual el youkai aceptó algo caprichoso.

- ¡Mucho mejor! - El youkai rió y corrió unos pasos delante de ellos mirando el puente que cruzaban - ¡Gracias, Ashiya!

Hanae sonrió y con Peludito ahora sobre su cabeza seguían vigilantes al pequeño youkai de piernas cortas. 

El sol estaba resplandeciendo, haciendoles cerrar sus ojos en el momento de mirar en su dirección. Caminaron a la cabaña, donde todos los chicos se quedarían juntos como normalmente se hace. Dejando todas sus cosas allí ambos jóvenes salieron junto al resto de sus amigos, que se componía principalmente por Fushimi, Saga y Zenko. Aunque Haruitsuki no re relacionaba mucho con los dos primeros nombrados. Sabía que Hanae al igual que a él le costaba hacer amigos debido a la timidez y por eso apreciaba a los pocos que tenía con mucho cariño, aunque estos sean un poco raros. Era por eso que aunque no los consideraba sus amigos como tal, respetaba el hecho de que para Hanae eran especiales, en su gran y dulce corazón.

Haruitsuki esperaba a lo lejos bajo la frescura de una sombrilla veía a Hanae ir, con Peludito aún sobre su cabeza y sus dos raros amigos, comprar helados para todos, incluyendo a Zenko y Yahiko (Aunque los dos amigos no pudieran verlo).

- Zenko - Llamó el youkai - ¿Qué le pasa a Itsuki? Ha estado todo el rato mirando hacia allá ¿Crees que esté enfermo? - Dijo preocupado

La chica levantó la vista sobre la revista que leía y miró a la dirección que el rubio observaba, con una torpe sonrisa en sus labios.

- Creo que solo está enamorado - Respondió riendo susurrándole a youkai.

- ¿Enamorado? ¿Que enfermedad es esa? -

- No es una enfermedad. - le dijo - Es cuando quieres mucho a una persona.-

- Yo quiero a Itsuki...

- No de esa manera, Yahiko. - Le intentaba explicar la castaña- Haruitsuki está enamorado de Hanae, ya sabes.

El youkai la miró confundido y volteó a ver a Itsuki para luego atravesarse en el campo de visión del rubio para sorprenderle.

- ¿Ocurre algo, Yahiko? - Preguntó extrañado el rubio, doblando su cabeza a un lado confundido.

- ¿Estás enamorado de Ashiya? -

El rubio se sorprendió ante la pregunta del zorro. 

Zenko se ocultó tras la revista otra vez.

- ¿Estás enamorado de Ashiya? - Preguntó de nuevo.

- Sí - Le respondió en un susurro, tratando de que la gente a su alrededor no lo viera hablar en el aire - ¿Por qué? - Preguntó el zorro de nuevo

- Porque me gusta y lo quiero. - Respondió

- ¿Solo por eso? ¿Por qué te gusta Ashiya? Es tonto ¡Y siempre pelea conmigo! ¡Se supone que no te gustan las personas inmaduras! ¡Me toleras porque soy un youkai!

- Él no es tonto... todo el tiempo. -Defendió - Realmente no puedo definir lo que siento, es difícil usar palabras para explicarlo. ¿Sabes? Dicen que el amor es indefinible, probablemente por eso no puedo explicar lo que siento.

- O tal vez Ashiya te volvió tonto. - 

- Dicen que los enamorados se vuelven tontos.- Respondió el de ojos dorados

Yahiko suspiró, dándose por vencido con el rubio.

- El amor es como la escuela, te lava el cerebro o te hace más listo. - Susurró Yahiko en sentándose en las piernas de Zenko. 

Cuando Hanae volvió trajo consigo una paleta de naranja a Yahiko, quien la devoró de inmediato. 

Yahiko, mientras seguía comiendo miraba al de ojos azules. Observó como se sentó al lado del rubio, le entregó una paleta y le sonreía cerrando sus ojos, en el proceso haciendo sonreír también a Itsuki, quien tenía esa tonta mirada aún. 

Yahiko se preguntó si estar enamorado era así, sentir que la sonrisa del otro te haga sonreír también. Haruitsuki se veía feliz, eso era bueno.

Tal vez,  la sonrisa de Ashiya le traía la felicidad a Itsuki.

La arena de la playa está ardiendo. Pero creo que el amor entre esos dos lo está aún más. - Pensó, terminando su paleta el youkai de cabellos rubios.

HOLA. Yahiko debería empezar a apreciar a Hanae más uwu. ¡Sé que en el fondo le quiere mucho!