031 ; estrella enfrascada

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El hecho de que estuviéramos en Navidad no afectaba en absoluto el trabajo, los youkais estaban completamente ajenos a dicha celebración y por tanto a pesar de las fechas había trabajo a montón. Algunos pedidos eran tan sencillos como encender una vela en un santuario budista otros más complicados eran lanzar al mar de Hokkaido una piedra esmeralda, algo fuera de lo normal.

Los youkais son inocentes, al menos la mayoría. Ninguno realmente se pone a pensar en lo costoso que a veces son sus pedidos y el tiempo que se emplea para nosotros los humanos.

Hanae por su parte no quiso trabajar, negándose rotundamente a poner un pie en el trabajo sacando como excusa las vacaciones navideñas que cualquier empleado a tiempo completo merece justo como la ley lo decía. Ni siquiera sabía que él conocía de dichas leyes pero como cada día: Ashiya Hanae era una caja de sorpresa.

- Hoy se ve algo agotado, Abeno-dono - comentaba el nuevo cliente sentado frente a mí.

¿Agotado? Llevaba al menos unos doce clientes en todo el día, estaba devastado pero me recompuse y traté de no dar señales de desgaste físico.

- Para nada, solo ha sido un largo día - Respondí con cortesia- ¿En qué puedo ayudarlo, Sanjirou-san? - Pregunté, tratando de ser sutil ante mi prisa.

- Veo que tienes una hermosa flor decorando por aquí ¿Es del exterior?- Al parecer ignoró completamente mi pregunta.

El día se hace más largo.

- Así es - Respondí mirando a la pequeña bellis - Fue un obsequio de parte de mi empleado.

- ¡Oh! ¡Ashiya-dono! ¿Dónde está ahora?

- Está de vacaciones de temporada.- Expliqué tomando el té - Son fechas importantes en estos tiempos en el mundo humano.

- Ustedes los humanos tienen muchas celebraciones que parecen importantes, sin embargo tú sigues aquí... ¿No quieres celebrar también?

- Como amo de la Mononokean no puedo permitirme dejar de lado mi deber de atender a los youkais por celebrar fiestas mundanas.-

Vi como las cara del youkai se volvía inexpresiva y me miraba de manera severa.

- Tú... Realmente eres aburrido - Me dijo sin una pizca de vergüenza- Trabajo, trabajo y más trabajo ¿Es lo que quieres hacer por el resto de tu vida? Incluso Aoi de vez en cuando se negaba a unos encargos cuando no se le apetecía porque estaba harto de escuchar peticiones. ¿Por qué tú sigues aquí? Los humanos son tan débiles que mueren por cosas estúpidas como exceso de trabajo ¿Deseas morir de ese modo?

Abrí la boca para replicar pero al darme cuenta de que realmente no tenía nada que decir al respecto volví a cerrarla y miré al suelo algo apenado.

- Ashiya-dono, él es completamente diferente a ti. - Miró de nuevo la flor a mi espalda y la señaló - Esa flor, seguramente será hermosa en algún período de tiempo cercano. Cosas como una flor terrenal en esta habitación que solo es visitada por youkais y seres del inframundo es realmente único.- dijo tomando una pausa- ¿Sabes por qué hay tantos youkais perdidos en el mundo humano? Es porque es hermoso, a pesar de lo oscuro que es y de los horribles que puedan ser sus seres, solo algunos de ellos poseen una belleza tan única que es innegable hasta para nosotros los seres inframundistas.

- Esa flor, representa lo humano en esta habitación. - Volvió a hablar - Representa tú humanidad, Abeno-dono. Sólo porque has nacido con este poder y este don no estás obligado a nada. Sigues siendo un humano, aunque trates de poner a los youkais antes que todo lo demás, hay que ser un poco egoístas y por una vez tomar el primer puesto, al menos para tí.

Skin | AbeshiyaWhere stories live. Discover now