033 ; cuando la nevada acaba

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Cuando el invierno acecha la nieve cae sin cesar sobre la tierra congelandola. El sol es brillante, muy brillante pero realmente no puedes sentir lo fuerte que es debido al frío clima.

La nieve es, sin duda, más poderosa que el sol. Al menos así lo creo.

En estos días, las nevadas han sido cada vez más constantes, el frío más intenso y la noche más silenciosa.

La nieve trae consigo desgracias. Siempre que nieva todos se refugian porque temen ser atrapados por ella y congelados sin más.

Miro la ventana de la habitación de Hanae, observo la nieve que cae afuera y veo las nubes volverse más densas.

La nieve caerá en millones de fragmentos, otra vez.

Según Hanae, la lluvia es cuando las nubes lloran. La nieve, por su parte, es cuando las nubes se destrozan.

— La nieve es bonita ¿no? — Él me pregunta, mientras pone su cabeza sobre los hombros y me abraza por detrás.

— ¿No dijiste que las nubes se rompían al momento de nevar?

— Es bonito, aún así. Como los volcanes en erupción — Me dice, mirando hacia la ventana aún en la misma posición — Cuando un volcán hace erupcion es hermoso, aunque sea destructivo.

— ¿La nieve es bonita aunque sea por tristeza?

— Siempre está bien dejarse quebrar, solo así podemos volver a construirnos. — Me sonríe.

— Eres observador. — Le digo, volteandome sobre la cama y quedando sentado frente a él.

— Si no lo fuera ¿Te habría encontrado? — Se ríe coqueto.

— ¿Quieres ir afuera?

— No podemos salir con tanta nieve, Itsuki. Puedes enfermarte...

— Está bien, podemos ir solo un momento. — ale conformo mientras salgo de la habitación para dirigirme hacia las afueras de la casa.

Me pongo la ropa adecuada y salgo tocar la nieve con los guantes.

Hanae me sigue mientras me toma de la mano.

— ¿Quieres hacer ángeles de nieve? — Me ofrece y asiento, lo empujo y lo hago caer al suelo.

Me río al ver su cara enojada, y no pasa ni un minuto cuando he sido jalado hacia la nieve junto a él.

— ¿Ahora eres agresivo conmigo? — Me dice, mientras se sube a mi estómago aplastandome completamente.

— ¿Qué no me habías dicho que te gustaba que te tratara mal?

Él se so roja y yo me río otra vez — Sí, pero no aquí.

— ¿Ah, sí? ¿Entonces dónde?

— Tú sabes dónde.

— Juegas con mi pobre inocencia, Hanae.

— ¿Quién es inocente? — Me dice mientras se acerca a mi rostro y me lame los labios. — Tú me corrompiste.

— ¿Yo? No me acuerdo.

— ¿Quieres que te haga recordar?

— Sí, pero dudo que aquí en la nieve puedas atacarme.

— Eres un sin vergüenza, Itsuki. Todo un rubio encantador.

— Mira quién habla — Lo abrazo por la cintura y me doy vuelta, invirtiendo ahora nuestras posiciones.

— Me gusta la vista que tengo ahora — Me dice, sin una pisca de vergüenza y con descaro.

Me acerco a él y nos besamos, lento y suave como nos gusta. Completamente sumergidos el uno en el otro, con mucha pasión y sentimiento de por medio.

Y entonces, es cuando ocurre. La nieve se detiene, el espacio se detiene.

¿Son sus labios lo suficientemente poderosos como para detener el mundo para mí?

Sigue nevando y seguimos besándonos como dos idiotas, acostados en la nieve fría.

Cuando la nevada acaba la nieve sigue en el suelo, no se va y ni se desvanece sigue aquí, y no se irá en mucho tiempo.

Incluso cuando ya no nieva, sigues a mi lado.

Y aunque la nieve sea fría tú y yo la haremos tan tibia como un té.

Skin | AbeshiyaOnde histórias criam vida. Descubra agora