6. Mi verdadero alfa.- L.S.-Omegaverse.💗 Terminada.

II

Adrián, Anne, Anthony y Alice, lloraban a pleno pulmón cada vez que querían comer, estaban sucios o tenían gases y Harry totalmente agotado, no podía con todo pues a parte estaban sus estudios.

Debido a eso, los Styles tuvieron que contratar a alguien y esa fue Greta, una cuarentona y cariñosa beta, la cual se ocupaba de los bebés, mientras Harry iba al Instituto o descansaba.

Anne, la madre de Harry lo ayudaba también en todo lo que podía pero su trabajo en el hospital no le dejaba mucho tiempo para dedicarle a sus nietos, mientras que Des, estaba muy ocupado con su empresa de fármacos.

También Gemma, aunque solo tenía nueve años, puso su grano de arena y jugaba con los bebés como sí fuese su mamá en los ratos libres, en los que los demás estaban ocupados.

Con los años, Harry pasó de ser un joven muchacho despreocupado y consentido, a ser un joven alfa, padre de cuatro niños, los cuales sin darse cuenta le absorbían la juventud.

Cuando a duras penas este acabó la secundaria y empezó la carrera de Administración de empresas, los niños empezaron en el colegio, por lo que sus padres le regalaron un monovolumen, con el que todos los días llevaba a los pequeños antes de irse a sus clase.

Con el pasar de los años, el ojiverde se convirtió en un hermoso y viril alfa, por el cual muchos y muchas omegas suspiraban, aunque no consiguieron nada pues él vivía por y para sus hijos y su trabajo.

Este siempre tuvo muy presente el daño que había causado con su celo, así que no quería volver a pasar lo mismo, así que no quiso arriesgarse a lastimar a nadie.

Con el tiempo, aprendió a soportar sus celos en solitario y en la oscuridad de su habitación sin necesidad de un acompañante.

Los cinco años de Universidad, finalmente concluyeron y luego de eso, el alfa rizado entró a trabajar en la empresa de su padre, primero como ayudante y después como su mano derecha, hasta que un gran día fue nombrado subdirector.

Cuando sus cuatro hijos alcanzaron los quince años, estos presentaron su condición como le había sucedido a él y para que no corriesen con su misma suerte, él estuvo muy pendiente de ellos, aconsejandolos y evitar problemas.

El ojiverde estaba muy orgulloso de sus dos hijas omegas, ya que ellas eran hermosas y tenían el pelo rubio de su madre y sus ojos verdes.

Sus dos hijos alfa, eran iguales a él pues tenían su pelo rizado y también sus ojos verdes, realmente muy guapos.

Todo fue bien, sin embargo los padres de Harry murieron en un trágico accidente de tren, en el cual regresaban tras unas vacaciones pues llevaban años planeandolo pero nunca habían tenido tiempo de hacerlo.

Así que, a sus treinta y dos años de edad, el ojiverde tuvo que tomar las riendas de la empresa familiar, mientras que sus hijos e hijas de diecisiete años, empezaban a combinar sus estudios, con el idílico tonteo con distintos omegas y alfas.

Los problemas amorosos no tardaron en darse pues Anne y Alice, acabaron enamoradas del mismo alfa y pasaron de ser unas inseparables hermanas, a ser feroces rivales, por lo que cada día que su padre volvía a casa, se encontraba con una guerra continua entre ellas.

Su primogénito Anthony, se enamoró locamente de una hermosa y adinerada omega, la cual casualmente era hija de uno de sus socios y amigo de Harry, por lo que el alfa estaba más que satisfecho y todo parecía que finalizaría en boda.

Adrián, por su parte era el más inestable emocionalmente pues el joven alfa era muy picaflor y solo pensaba en fiestas y en divertirse, cambiando de pareja muy a menudo y saliendo con diversidad de omegas.

Este los traía a casa y la familia apenas les daba tiempo a conocerles o a tratarles pues acto seguido, Adrián ya les traía a alguien nuevo para presentárselo.

El hogar Styles era un constante ir y venir de omegas continuo, en el que las hormonas estaban más que revolucionadas y traían a Harry de cabeza.

Sin esperarlo, un día su promiscuo hijo ya no trajo a nadie más y dejó de ser tan trasnochador y empezó a centrarse en los estudios.

Un viernes, en el que todos los hermanos estaban listos para salir y divertirse, Adrián sin embargo se hizo un bol de palomitas y se plantó en el sofá a ver una película.

Su padre  lo miró muy extrañado, creyendo que tendría algún problema.

...—Oye hijo, ¿hoy no vas a salir tampoco?.

—No papá, no tengo ganas.

—Adrián hijo, ¿Estás bien?, hace semanas que te comportas extraño y no me quejo pero sabes que me puedes contar lo que sea ¿verdad?—habló nuevamente su padre sentándose en el sofá.

El joven alfa suspiró mientras posó el bol en la mesa central y parando la película.

—Es que me da vergüenza, papá.

—¿Vergüenza? pero si soy tu padre, ¿cómo va ha darte vergüenza?, anda cuéntamelo.

—Bueno...es que verás...me gusta mucho alguien nuevo...acaba de llegar a la escuela pero parece que no le interesada nadie.... la verdad no lo entiendo, todos quieren salir conmigo pero lo he intentado todo y no consigo nada.

Harry sonrió.

—Pero Adrián hijo, no puedes obligar a nadie a querete, además dale tiempo, quizás solo necesite eso....emm, no dices que es nueva aquí, seguro que aún no tiene confianza y está deshubicada—le aconsejó su padre.

El joven sonrió.

—Es cierto papá, quizás solo tenga que esperar a que Louis se adapte y luego invitarlo a salir.

—Ah Louis... así que es un chico—dijo Harry pensativo.

—Si papá... su nombre es Louis Tomlinson y es rematadamente hermoso.

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