XII.

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Louis se despertó empapado en sudor dos días después, su celo aún no había acabado del todo y su mente estaba algo turbada pues tenía la imagen de Harry ayudándole pero creía que eran alucinaciones.

Se sintió enormemente vacío y triste pues echaba de menos estar cerca de los Styles y deseaba con más locura al maduro ojiverde.

También estaba molesto pues se sentía harto de usar sus juguetes y por primera vez había tenido cerca de él al alfa que le robaba el aliento pero no había sucedido nada.

Con los minutos, Louis se enfureció consigo mismo y con la vida por haber puesto a Adrián primero en su camino y haber accedido a salir con él, ya que recién entendía que lo que había visto en él, era lo mucho que se parecía a Harry.

Eran las cualidades que padre e hijo compartían; sus mismos ojos brillantes, su boca, su pelo, matices en su olor... aunque en el alfa maduro estaban más pronunciados y le eran más atrayentes.

Para él, el alfa mayor era mucho más hermoso, quizás por su edad, también por su trabajado pecho pero sin duda lo que más le había gustado, era su carácter conciliador y reservado.

Tras ir al baño, este se fijó en la puerta, la cual estaba en su sitio pero faltaba la cerradura y el pomo, los cuales encontró en el suelo.

—¿Que demonios?

Muy confuso, atrancó la puerta y a continuación se fue a dar una ducha, en la cual percibió levemente el olor de Harry , entonces su celo volvió, por lo que se tuvo que hacer una nueva paja.

Tras salir, logró llegar a la cama y allí logró meterse el dildo de nuevo, mientras llamaba al alfa desesperadamente hasta que se corrió, soltando hilos de semen en sus sábanas ya manchadas por las otras muchas corridas anteriores.

Mientras en la casa de los Styles, el alfa masticaba una tostada con mermelada mirando a sus hijos, los cuales estaban a lo suyo.

Adrián y su hermano hablaban de omegas y coches, sus temas favoritos y sus hijas desde que ya habían enterrado el hacha de guerra, ya solo hablaban de maquillaje y otros guapos alfas.

Harry realmente por primera vez, se dio cuenta de que sus hijos tenían ya diecisiete años y que tenían sus propias vidas, por lo que pronto volarían del nido y ya no necesitarían de su ayuda.

Uno a uno, se fueron levantando de la mesa preocupados por sus deberes y felices por sus cosas, hasta que el alfa miró a un lado y a otro de la mesa y se encontró con que se había quedado completamente solo.

Este se sorprendió mirando la silla que había ocupado el ojiazul días atrás y recordó como solía verse allí; tímido, callado, con su cabeza agachada, muy cohibido por la presencia de los tres alfas y en una casa extraña.

Recordó lo tierno y hermoso que se había visto, tan sonrojado y lujurioso pero tan provocador en aquella cama del motel, con su agujero lubricado, su polla erecta y su pequeño y ardiente cuerpo, suplicando que lo follase.

De repente se levantó y se miró al gran espejo del corredor.

—¿Qué coño has hecho con tu vida, Harry?, ¿por qué no correspondiste a Louis?—se preguntó a sí mismo—...eres imbécil... ese omega te deseaba y Adrián ya lo olvidó...tu celo se despertó y tuviste que aliviarte solo, deja de compadecerte y lucha por él.

Como si una gran verdad se le revelará ante sus ojos, el alfa corrió como un rayo para coger las llaves, acto seguido salió de la casa, encendió el coche y condujo como alma que llevaba el diablo, hasta el motel en el que había calmado las ansias del joven omega.

Cuando llegó al lugar, este subió las escaleras sin detenerse en recepción como había hecho la primera vez, entonces llegó a la puerta de la habitación de Louis, tocó y esperó unos minutos pero el omega nuevamente no respondió.

Empujó por la puerta, la cual comprobó que no tenía pomo y entonces recordó que la cerradura se había roto cuando él la había golpeado.

El empresario ojiverde caminó hasta la cama donde Louis seguía, aunque estaba dormido, seguramente por el cansancio de haberse estado autosatisfaciendo durante los dos días que habían pasado noche.

—Louis—llamó—... soy yo, Harry.

—¿Ha-Harry?, te o-odio porque piensas que no soy di-digno de ti—escuchó balbucear febrilmente a este.

—No...e-eso no es cierto, pequeño, yo te deseo, t-tú eres hermoso pe-pero no quería aprovecharme de ti—respondió el alfa tristemente.

—P-Pero tú no te apro-aprovecharías, porque yo te amo... te a-amo.

Harry ya no lo soportó más, entonces se quitó la ropa y se tumbó rodeando a Louis entre sus brazos y sonrió.

—To-Tomame Harry... soy t-tuyo.

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6. Mi verdadero alfa.- L.S.-Omegaverse.💗 Terminada.Where stories live. Discover now