Still You

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"Pero yo aún no he podido olvidarte 

Tú aún sigues siendo la misma 

¿Estoy enfermo?

Creo que estoy enfermo, no lo sé

Sigo siendo aún tuyo" -Super Junior D&E


La he esperado por siete años, siete largos años de no saber de Park Lina, no saber dónde ni cómo estaba. Lo único que tenía seguro era que estaba cumpliendo su sueño al igual que yo, pero muy claramente sabía que mi sueño no estaba completo sin ella a mi lado.

Y ahora que está de regreso no puedo ni soportar siete minutos de espera. Me encuentro sentado en la sala de espera del aeropuerto de Incheon, aguardando que anuncien que ha arribado el vuelo en el que viene ella. Hasta hace un mes seguía sin tener idea de donde estaba pero no sé ni cómo, se puso en contacto conmigo y heme aquí.

Aún recuerdo ese esplendoroso día.

Después de una ardua agenda sin descanso alguno, llegué al departamento con los chicos como cualquier día, y en punto de las dos de mañana ella me estaba hablando a mi teléfono. Al principio pensé que era una broma pues me hablaban desde Alemania ―con razón, pensé en mis adentros, me marcaba a una hora no tan buena―. Sin embargo al escuchar su voz, mi corazón se paralizó y supe que era real.

En fin, todo lo demás es inverosímil.

Debo de admitir que me molesté demasiado, sino es que sigo molesto, porque recibir una llamada después de siete años no me lo esperaba, no obstante también era un milagro del cielo que Lina viniese para acá. Todavía no estoy seguro del porqué pero aquí estoy esperando como siempre.

Dio la hora en que tenía que arribar su vuelo, inmediatamente me levanté como desenfrenado para ir a recibirla. Sólo esperaba que no me confundiera con algún delincuente al venir disfrazado con lentes de sol ―el cual no había― y cubrebocas. También deseaba poder identificarla rápido.

Y lo hice.

La vi cruzar el umbral de embarque con una mochila al hombro y otra pequeña de rueditas. ¿Ese era todo su equipaje? Me alarmé al pensar que sólo la tendría pocos días. Después se me tranquilicé cuando empecé a analizarla.

Lucía muy cambiada, ya no era la adolescente de dieciocho años que se graduó conmigo de la preparatoria, y había dejado atrás esos atuendos de niña para convertirse en toda una mujer ―a mi parecer―. Se veía como siempre, hermosa, bueno no, aún más hermosa. El extranjero le había sentado muy bien.

Su tez blanca, sus ojos color café, la compleción de su cuerpo, todo aquello me parecía perfecto. Llevaba unas mallas negras con unas botas del mismo color, y un suéter holgado café claro y cabello recogido levemente dejando caer sus rulos castaños por su espalda. Se veía hermosa, de nuevo pensé.

«Oh, no» recapacité inmediatamente después de descubrir que aquellos sentimientos volvían a mí. El único defecto que le veía era el simple hecho que éramos y siempre seríamos mejores amigos. Solo eso. Aunque nunca supo de mis sentimientos por ella, sé que no era tonta, siempre me dejó en claro que seríamos los mejores amigos. Aun guardaba un brazalete que me entregó antes de irse, yo tenía el candado y ella la llave. Fue así como supe que esa chica en el aeropuerto era ella, lo llevaba de dije en un collar.

Me acerqué como desenfrenado hacía ella, aun no me veía pero se notaba que me estaba buscando. Si bueno, mi ropa no era la de un idol coreano. Llevaba pantalón blanco, tenis y un suéter rojo que mis fans me habían dado ya hace un año, pasaba como una persona normal en pleno otoño.

« 7 Years Of Love »Where stories live. Discover now