Dreaming Hero

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"Confiar en uno mismo no es más que una mentira

Nadie sabe cómo son mis heridas" -Super Junior K.R.Y.


Tan pronto vi a JaeHyun frente a mi edificio tuve la sensación de que algo bueno saldría, algo que daría pie a apreciar mi relación con él. No obstante el temor de lo que pudiese ocurrir con mis padres no podía eludirlo.

Todo estaba bien con él y aparenté tener una buena pinta al momento que lo saludé.

Lo peor fue cuando estuve frente a la casa y el pánico se apoderó de mí y no logré tocar el timbre. Fue cuando supe que él sí era necesario, por bobo que suene el hecho de que tocase el timbre, me tranquilizó y aún más el que estrechará mi mano con la suya. Un gesto un tanto confianzudo pero suficiente para hacerme saber que estaba allí conmigo.

Creo que si hubiera estado sola, hubiese salido corriendo.

Y cuando estaba pensando en la posibilidad de hacerlo, mi madre abrió la puerta. Mejor que fuese ella a mi padre.

—¡Lina! —me sonrió alegremente al verme aunque su rostro cambió a una confusión total cuando vio la figura masculina a mi lado. Por inercia, me solté de él— Oh...

—Mamá, él es JaeHyun, un amigo que ha querido venir y darme apoyo moral.

Creo que no fue la mejor introducción pero él se atuvo a reír y presentarse.

—Un placer señora Park —le tendió la mano y al momento que mi mamá se la estrecho le hizo una total reverencia—. Lina es una chica grandiosa y quería conocer a sus padres para ver de dónde venía tanta perfección.

«Rayos JaeHyun», le iba a callar la boca tan pronto saliéramos de allí.

Mi rostro se enrojeció y mi madre sonrió un poco, creía que se sintió halagada pero incómoda. Posteriormente nos hizo entrar y sentarnos en la sala.

—¿Quieres algo de tomar? —ofrecí a JaeHyun cuando nos postramos en el sillón de la sala.

—Así estoy bien Lina —respondió sonriente—. Tiene una hermosa casa señora Park —mencionó amablemente volteando a ver hacia todos los ángulos.

—Muchas gracias —agradeció mi madre nuevamente—. Se ve que tienes buen gusto —infirió brindándome una veloz mirada.

—De hecho Lina es...

No pudo concluir su frase pues un grito resonó por todo el lugar: "¿Dónde está esa mocosa?".

Verdaderamente mi padre se escuchaba molesto, lo que provocó que me hundiese en el sillón y quisiera salir corriendo. Otra vez, era la mano de JaeHyun que me detenía.

Cuando vi su vieja figura atravesar el umbral, me erguí y le clavé la mirada.

—Padre... No sé por dónde comenzar a disculparme —mascullé bajando la mirada.

—¿Eres el novio de mi hija? —ni me escuchó y prefirió prestarle atención a mi compañía—. No me digas Lina, ¿has venido por mi aprobación?

—¡Padre! —subí mi voz y mi rostro para lanzarle dagas con los ojos.

—Señor Park, me llamo Ahn JaeHyun —comentó mientras se levantaba y volvía a hacer una reverencia de noventa grados—. A decir verdad, Lina me ha hablado de ustedes y quería conocerlos. Somos amigos y compañeros de trabajo.

—A sí que tú también eres doctor —afirmó viéndolo de arriba a abajo—. Al menos has dejado de lado esos gustos por tus cantantes extravagantes.

Ese comentario sí que me enfureció.

—¿Por qué no van a hablar al estudio? —Propuso de repente mi madre, y me pareció buena idea—. JaeHyun, ¿te gustaría ver mi jardín y quizá unas fotos de Lina de bebé? —lo arreó con ella hacía la cocina y este sin chistar se dejó guiar.

En el momento que nos dejaron solos, mi papá caminó en dirección opuesta y yo lo seguí hasta el estudio de la casa. Me senté en la silla de su escritorio mientras él no dejaba de analizarme.

—Siete años pueden hacer una gran diferencia —comenzó a decir sin elevar la mirada de mi persona—. ¿En qué estabas pensando Lina?

«En protegerlos a ustedes y a mis amigos».

—En cumplir la meta de estudiar medicina —suponía que había sido una buena respuesta aunque él sólo negó—. Y cometí errores pero no me arrepiento.

—Siempre tan respondona y altanera, pero honesta y directa —aseveró con un halo de más tranquilidad.—. Eso sí que no ha cambiado.

Sus halagos hicieron que respirar fuese más sencillo.

—Tampoco mi gusto de mis cantantes raros, ellos siguen siendo mis amigos —mencioné recordando su comentario previo.

—¿Y este chico qué significa?

—Es mi jefe y mi amigo, recién nos conocemos —expliqué sin ganas—. Es un buen chico, al parecer viene de familia de negocios y me agrada —declaré en voz baja por la pena de expresarme así de él con mi padre.

—Al menos tus estándares han subido de rango.

Rodé los ojos deliberadamente y al parecer no lo notó.

—Espero que en un futuro nos presentes a sus padres.

«Sí claro...».

Al regresar finalmente a mi departamento, pude soltar un enorme suspiro por toda la carga que contuve todo el rato.

Siendo muy honesta debía admitir que sin JaeHyun hubiera sido más complicado controlar toda la maraña de sentimientos, es por eso que quizá mi subconsciente no lo dejaba ir tan rápido.

—JaeHyun de verdad te debo una —mencioné cuando tomamos asiento en la sala y yo le tendía el vaso con agua que me pidió segundos antes.

—De hecho tengo la forma perfecta para que pagues —aseguró y tomó un lento sorbo de su agua. Lo vi anticipante y continuó—. Para ser franco es algo relacionado con el trabajo pero puedes declinar sino quieres.

—Cuéntame entonces.

Y fue así como volví a introducirme a la boca del lobo, sin pensarlo ni planearlo. Inconsciente de lo que pudiese suceder después. 

« 7 Years Of Love »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora