Ways To Say Goodbye

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"Si me extrañas debes regresar a mí

Gracias. Fueron los días más brillantes

Porque tú estuviste en mi tediosa vida

Por favor recuerda" -Kyuhyun


Fue la primera y única vez que durmiendo con él a mi lado había tenido una pesadilla. Aunque la verdad es que sólo era un mal sueño que no me permitió descansar en toda la noche. Incluso fueron varias las veces en que me desperté durante toda la noche sollozando en el pecho de KyuHyun o en la almohada.

Al parecer era la boda de SungMin, y a pesar de ser uno de los mejores días para él, yo parecía en duelo. Tenía la sensación de que me robaban algo muy importante, y cómo no, si se estaba casándose mi primer amor.

Pero eso no era lo peor.

Honestamente lo peor fue verme allí sola, sin nadie que me apoyase ni siquiera KyuHyun. Lo veía tan lejos de mi persona y con otra mujer.

Verlo con otra fue lo que rompió mi corazón, lo que me hizo darme cuenta de que esa buena amistad llegaría algún día a su fin, cuando el tuviese a una verdadera mujer que llenase ese espacio en su corazón y la que le enseñaría a amar.

¿Y yo? Yo tenía que salir de allí. De otra forma, no podría olvidar a SungMin y, la amistad de KyuHyun ya la daba por perdida. Por ende, volví a huir lejos de ambos.

Al despertar tuve la respuesta, tenía que rehacer una vida amorosa que perdí en el momento que SungMin y yo concluimos nuestra historia. Quizá es mediocre pensar en no poder estar sola, pero yo no quería estar así. Quería una buena persona a mi lado, así como quería una para todos ellos.

Y afortunadamente hoy lo tenía aún ahí en mi casa. No estaba a su lado de la cama, de hecho cuando estiré la mano me di que no estaba ya en el departamento, pues yacía fría.

Con pereza me levanté con el sonido de la alarma, al menos tenía tiempo de sobra para alistarme para el trabajo. Como era mi costumbre tomaba el desayuno antes o al menos dejaba el café calentando en lo que me bañaba.

Cuando fui a la cocina me lo topé.

Estaba bañando, con ropa distinta y bastante fresco. Soy sincera al decir que me alegré al verlo. Casi corría hacía él, pero me resistí ante la tentación al verlo cocinar.

—KyuHyun, ¿a qué hora despertaste? —pregunté inmediatamente.

—Buenos días a ti también —dijo con cierto halo de gracia y me regaló la mejor de sus sonrisas—. Creo que desperté a las cinco, me fui a cambiar a los dormitorios y quise regresar a ayudarte. Ya puse el café así que puedes irte a bañar.

—Gracias, qué amable —murmuré con dulzura. Para sonar menos simple completé diciendo—. Me leíste el pensamiento.

—Te conozco, así que apúrate —me ordenó como era típico en él.—. Y como no escogiste tu ropa anoche, me haré cargo de ello.

—¡Ey! No es para tanto, tengo tiempo —aclaré con mi cara de estupefacción.

—¡Lo haré bien, tranquila! ¡Nada ridículo!

Caí en gracia ante tal acción y asentí dándome la vuelta sin refutar de nuevo. Fui a bañarme sin pensar en nada más que mi tiempo de relajación.

Tenía ansias de ver lo que él escogería porque jamás lo había hecho y aunque temía sobre sus gustos, confiaba en él. A los pocos minutos salí envuelta en una bata de baño y con cuidado de que no me escuchase, me dirigí de prisa a la habitación donde hallé una grata sorpresa.

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