Capítulo VI - Seattle

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El sonido del móvil vibrando sobre la mesa de noche a las seis y media de la mañana despertó a Megan, extendió su mano y lo tomó con los ojos aún cerrados. 

Lucas    06:27
Necesito tu ayuda, estoy en problemas,
creo que me han encontrado otra vez.
¡Maldita sea,
no debí quedarme tanto tiempo en el mismo lugar!

Megan     06:28
Ve por Kat, tiene las llaves de mi casa,
escóndete allí hasta que yo llegue,
dile a los chicos que necesitaremos su ayuda.

Se vistió lo más rápido que pudo, tomó su mochila, el dinero que había ganado en las carreras que tenía en la caja fuerte, bajó las escaleras corriendo y entró al despacho. Buscó un papel y lápiz y escribió una nota para Eric:

"Por favor no te enojes, ha surgido un problema en Seattle y tengo que resolverlo yo misma, no saldría así si no fuese realmente importante, luego llamo y te explico.

Te quiero.
Meg"

Sabía que tendría problemas por eso, Eric enloquecería al saber que se había marchado sin más, pero no podía dejar a Lucas en ese momento, sabía que nada de lo que hiciera para ayudarle pagaría lo que él había hecho por ella; él había estado a su lado en sus peores momentos.

Dejó la nota en la mesa del comedor para que Eric la viera al levantarse a desayunar y se fue en la motocicleta a toda velocidad, trató de no parar más de lo necesario en la carretera.

Mientas conducía pensaba en Mike, no podía arrancar el recuerdo de aquel beso de su mente ni por un instante. Eso la agobiaba. Necesitaba pensar, poner sus ideas en orden y sobre todo planear como ayudar a Lucas con su problema.
Le resultaba imposible concentrarse en ese momento.

Ese viaje los mantendría alejado algunos días y al menos así, podría pensar más claramente en lo que sentía cuando él estaba cerca.

Al llegar fue directamente a su casa, abrió la puerta del garaje y dejó la motocicleta junto a la que usaba antes, le envió un mensaje a Eric para avisarle que había llegado bien y se metió silenciosamente a la casa. En el sofá sentado estaba Lucas, se acercó rápido y se agachó frente a él.

—¿Estás bien, te lastimaron? —Le preguntó preocupada, un nudo se había formado en su garganta.

—No me han hecho nada, aun...

—Pero cuéntame... ¿Qué pasó?

—Anoche, como siempre estábamos en las carreras con los chicos, todo era normal, fuimos al bar y tomamos hasta el amanecer... —hizo una pausa en su relato y sus ojos miraron a un punto fijo, como recordando lo sucedido.

—¿Y qué pasó, Lucas?

—Cuando nos separamos noté que un auto con los vidrios negros me seguía, así que tomé por otro camino pero otro auto me interceptó... Me rodearon, así que fui en dirección al puerto y me tiré al agua... Con todo y moto. Desde allí nadé hasta donde pude y escapé.

—¿Estás seguro de que te buscaban a ti?

—Sí, esperaron a que nos dividiéramos para aparecer.

—Tenemos que sacarte de aquí, lo antes posible.

—Quizás sea mejor que me entregue de una vez, estoy cansado de esconderme.

—No digas eso ¿Has hablado con los chicos?

—Sí. Les dije que nos veríamos hoy en el bar de siempre.

—No, no puedes salir de aquí, yo iré y hablaré con ellos, tú quédate aquí y descansa, nosotros nos encargaremos de todo.

Ángel de mis demonios - T E R M I N A D AWhere stories live. Discover now