Capítulo XIX - La sombra de Samantha

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Las siguientes semanas pasaron tranquilamente, luego de todos esos malos días que parecían no iban a acabar

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Las siguientes semanas pasaron tranquilamente, luego de todos esos malos días que parecían no iban a acabar...

Megan convenció a su padre antes de que se marchara a New York de que retirara los cargos contra Samantha siempre y cuando se mantuviera lo más alejada posible de Mike y de ella. Luego de tres días en una celda imaginó que había aprendido su lección.

Obviamente, su padre la hizo firmar documentos donde decía que si volvía a molestarlos terminaría en prisión. Megan le había pedido que al documento le agregasen una cláusula donde se comprometiera a someterse a un tratamiento psiquiátrico, por obvias razones.

Sus padres se encargarían de hacerla cumplir los requisitos y luego de una larga charla con los abogados donde Mike estuvo presente se la llevaron a su casa.

Así que con Samantha otra vez en Phoenix, Megan por fin era libre de vagar en su motocicleta sin vigilancia.

Esa mañana había salido sola a correr, Mike estaba dando clases y se sentía extrañamente feliz, todo estaba tan bien entre ellos que hasta extrañaba sus peleas. No, no era cierto... Estaba tan enamorada que no pensaba en otra cosa más que en hacerlo feliz.

Luego de correr un par de kilómetros, se detuvo a estirar los músculos junto a un árbol; todo a su alrededor se nubló por unos segundos.

Una chica que también hacía estiramientos se acercó a ella.

—¿Señorita se siente bien?

Se recostó en el árbol y respiró hondo.

—Sí, he salido sin desayunar, debe ser eso.

—Siéntese un momento, está usted pálida. —La chica la ayudó a llegar a un banco. —¿Quiere que me quede con usted? ¿Necesita que llame a alguien?

—No hace falta, ya estoy mejor.

Las manos se le adormecieron, pero poco a poco volvía a sentirse bien. Decidió dar por terminado el ejercicio de ese día, subió a su motocicleta y regresó a la casa.

Esa tarde debía ir a ver los vestidos para la fiesta, para su suerte su padre puso a su secretaria a su disposición para ayudarla, sin ella no habría organizado todo a tiempo.

A la hora del almuerzo se sentaron todos a la mesa, Miranda se había quedado con ellos, Sebastian no quería que viajara demasiado, a Megan le gustaba que su padre cuidara de ella y además le agradaba su compañía.

Eric y Mike también habían llegado a almorzar.

—¿Has hablado con papá? —preguntó a Eric.

—No, pero he hablado con Lucas, está realmente entusiasmado con su trabajo, le va bien como asesor de papá.

Mike pasó su mano provocativamente por la pierna de Megan y eso la estremeció. Tenía la impresión de que todos lo habían notado y se puso colorada.

Ángel de mis demonios - T E R M I N A D AWhere stories live. Discover now