Capítulo XX - El violín del Diablo.

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El día había llegado. Por fin esa noche sería la gran fiesta, todo estaba listo y Mike acompañaba a Megan en todo momento como su sombra, ese día había peleado con los guardaespaldas, con la secretaria de Sebastian y hasta con Rodrigo que insistía en decirle a Megan que estaba gorda; él aseguraba que eso no era verdad y que ahora más que nunca se veía más hermosa e irresistiblemente sexy. A Megan le encantaba que la tratara así; desde que se habían enterado del embarazo él no hacía más que cuidarla y mimarla.

A pesar de todos los esfuerzos, aun no encontraban a Samantha, ni las autoridades, ni los guardias de Sebastian, era como si se la hubiese tragado la tierra. Sebastian llegaría directo a la fiesta, Megan estaba muy nerviosa, ya que tenía que contarle que sería abuelo, ya se había hecho a la idea de que no lo iba a tomar bien.

Por la noche todo estaba listo, Megan llegó antes de la hora para ver que todo estuviera en orden, la orquesta de la universidad estaba terminando de ubicarse, la galería de cuadros de los alumnos más destacados ya estaba lista, también la galería de fotografías, las modelos de Rodrigo se estaban maquillando y peinando junto a alumnas del colegio que también desfilarían. Justo cuando acabó de corroborar todo llegó su padre.

—Tengo algo para ti. —le dijo luego de darle un beso.

—¿Qué?

Sacó del bolsillo interno de su saco una caja, la abrió y en ella había una hermosa gargantilla.

—Wow, ¿no te parece demasiado?

—Para ti nunca nada será demasiado.

Se la colocó en el cuello y luego le dio un beso en la frente.

—Ahora, ve y disfruta de la fiesta, de aquí en más me encargo yo.

—¿Estás seguro?

—Claro, todos los años lo hago, ya me has ayudado demasiado. Ve, diviértete y disfruta del resto de la noche.

Sacó el teléfono y llamó a Mike.

—Hola amor.

—Hola, ya te extraño, ¿tardarás en llegar?

—No, casi salimos para ahí. Alice se está tardando demasiado, como siempre ustedes las mujeres se tardan una eternidad en arreglarse. Ahora no encuentra la invitación.

—Dile que no importa, dejaré orden de que la dejen entrar, pero ya no se demoren, los invitados ya están llegando.

—Ok. Ya salimos para allí.

Saludó junto a su padre a los invitados que iban llegando, reconoció a algunos de ellos, entre los cuales había famosos, millonarios, inversores... Luego de un rato llegaron Mike y Alice, saludaron a Sebastian y Mike le ofreció su brazo a Megan.

—Le voy a robar a su hija.

—Eso ya se ha vuelto costumbre —le dijo sonriendo.

Tomó el brazo de Mike y comenzaron a recorrer el lugar, Alice vio a Eric y se fue a hablar con él.

Ángel de mis demonios - T E R M I N A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora