Capítulo XIII - Nueva Orleans

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Ya en la mansión envió los últimos mails a la secretaria y dejó su laptop con los planos en 3D de cómo quedaría dispuesta la galería con las obras de arte, la pasarela para el desfile de modas, la exposición de autos y la orquesta sinfónica de la universidad para que Eric se la entregara a su padre al llegar.

—Eric, no olvides decirle todo tal cual te lo expliqué.

—¡Ya entendí! —exclamó volteando los ojos mientras reía.

—¿Cuándo llega papá?

—El lunes por la mañana.

El ruido de los motores de los automóviles que estacionaron frente a la casa los hicieron saber que ya era hora. Cuatro BMW X5 negros se habían ubicado estratégicamente  afuera.

—Llegaron. ¿Mike ya está listo? —etscondió su preocupación tras una fingida sonrisa. No quería poner a su hermana más nerviosa de lo que ya esaba.

—Aún no ha regresado. Tenía que llevar a su hermana a algún restaurante en el centro pero ya está demorando demasiado. Lo llamaré.

Llamó a Mike, su teléfono sonó cuatro tonos y la envió al contestador.

—¿Me cortó? esto sí que es raro.

Volvió a insistir, esta vez el teléfono estaba apagado. Una punzada de preocupación se instaló en su pecho y comenzó a preocuparse.

El simple pensamiento de que algo podía haberle pasado, de que quizás quienes la seguían le habían hecho algo hizo que un nudo se formara en su estómago.

Salió del despacho y en el hall se encontró a Odín, Charlie, Lucas y dos guardaespaldas más que no conocía.

—Buenas noches señorita. —Saludo con una sonrisa Charlie.

—Buenas noches Charlie... Alfred.

—Buenas noches. —Respondió Odín, Megan solía llamarlo Alfred por el simple hecho de que él odiaba que lo hiciera, pero a ella le divertía. — ¿Lista para irnos señorita?

—Aun no. Esperemos un poco más.

No quería parecer preocupada, ni perder el control y entrar en pánico.

«Todo está bien, solamente debe estar conduciendo y por eso no responde.
¿¡Pero por qué no usa el maldito manos libres!?» Caminó hacia la ventana y observó el camino de ingreso a la casa.

—¿Pasa algo Meg? —preguntó Lucas al notarla preocupada.

—Es Mike, aún no llega, y no contesta mis llamadas. Volveré a llamarlo.

Marcó su número otra vez; esta vez le contestó.

—Lo siento, ya voy en camino.

—¿Pasa algo?

—No, un problema. Nada importante.

—¿Estás seguro?

—Estoy llegando. —dijo y cortó sin más.

Su tono brusco la hizo sospechar que algo no estaba bien.

—Tengo un mal presentimiento, algo anda mal. Preparen los vehículos salimos enseguida.
Odín encárgate de poner en marcha el protocolo de seguridad.

Al salir hacia los vehículos escuchó acercarse el auto de Mike, hasta el motor de su automóvil rugía furioso, bajó del auto y golpeó la puerta más fuerte de lo normal.

—¿Qué pasa?

—Nada.

—Mike, debes decirme.

Ángel de mis demonios - T E R M I N A D AWhere stories live. Discover now