CAPÍTULO 5|✔️

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||ALYSA||

Dos grandes y musculosos hombres me escoltaron a una habitación diferente a la que desperté y me encerraron bajo llave. Está de más decir que se quedaron fuera de la puerta por si lograba abrirla.

Después del incidente en la comida no volví a ver a Evan, solo han pasado algunas horas y el silencio es lo único que me acompaña ahora. Tengo miedo, debo admitirlo, miedo por mi vida y miedo por Bill o quién quiera que sea. Evan claramente está demente y no quiero que le haga daño.

— Alysa —una voz me saca de mis pensamientos y al mirar hacia la puerta veo a Kane con notable preocupación impresa en su rostro.

— ¿Pasa algo? —pregunto acercándome.

— No hemos sabido nada de Evan, pero tememos que haga una locura así que procura mantener tu boca cerrada cuando él llegue, si quiere hacerte daño solo grita, yo estaré pendiente —hace una seña a los guardias y cierra la puerta.

— ¿Qué pasará si no lo hago? Hay veces en las que no puedo evitarlo, nunca me callo nada y quiero seguir viviendo, soy muy joven como para morir en brazos de ese demente —digo y ríe— no es gracioso Kane, mi maldita vida está en riesgo desde que entre a éste extraño pueblo,

— Lo sé, pero de una u otra forma el te encontraría. Su destino ya está escrito, solo debía pasar algo para que se conocieran y él está así porque además de que eres humana y no una mujer lobo, no eres sumisa, a Evan le gusta tener el control.

— Pues debería ir sabiendo que yo amo tener el control, nunca descanso hasta obtener lo que quiero y si lo que quiero es salir de este maldito lugar lo haré me cueste lo que me cueste —digo y escuchamos un azote de puerta.

— Él está aquí —susurra.

— ¿Dónde está mi bolso? —pregunto cruzándome de brazos, intentando cambiar el tema— esas cosas que llevaba dentro me costaron ¿sabes? Tuve que trabajar para ganármelo y no voy a dejar que se las queden.

— No sé de que hablas —bufa— cuando yo llegue tú ya estabas aquí y no sé dónde diablos pusieron tus cosas.

— Entonces pregunta a alguien, si yo no puedo salir al menos déjame seguir escribiendo mi historia, redactaré como es que fui secuestrada por un hombre lobo y como es que nada es lo que tú crees, que existen los hombres lobo y que están dementes —digo y la puerta se abre dejando ver a Evan. Su cabello está despeinado y no lleva camisa, dejando a la vista su trabajado cuerpo. Si esto no fuera un secuestro estaría pensando cosas pecaminosas sobre él.

— Evan debe saber dónde está, él te trajo —dice y el mencionado le hace una seña para que salga.

— Nos vemos, si se le ofrece algo más estaremos a su disposición Luna —sonríe y sale.

— ¿Estás bien? —pregunto al ver sangre escurriendo por su espalda y no responde— oh, lo entiendo, ahora me aplicaras la ley del hielo porque soy una zorra, no te preocupes que si necesitas algo estaré durmiendo.

— No —dice de inmediato— aquí se hace lo que yo diga y cuando yo lo diga, tú desayunas al mismo tiempo que yo lo haga, tú comes a la misma hora que yo y cenas de igual manera, así como duermes hasta que yo lo haga.

— No intentes domesticar... —antes de poder terminar la frase las palabras de Kane vienen a mi mente— bien, te espero —le sonrío y veo cómo avanza hacia el baño.

— Buena chica, así me gustas más —dice antes de entrar.

»Estúpido perro sarnoso«

Mate Del Alpha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora