Mate Del Alpha.

CAPÍTULO 99|✔

||ALYSA||

— Estaba deliciosa, quien sea que la hizo es un experto en complacer paladares —rio y tomo de mi refresco.

— Lo sé —ríe— Vayamos afuera, aún tengo más que mostrarte.

— Te sigo —ambos nos levantamos de la mesa y sigo a Evan por los pasillos.

Las paredes son adornadas por fotografías o cuadros de paisajes muy lindos y una duda llega a mí.

— No tengo fotografías o cuadros míos porque espero llenar este lugar de fotografías de nosotros y nuestra camada —responde antes de que lo pregunte.

— Insistes mucho con la camada ¿no? —rio y toma de mi mano antes de abrir una puerta.

— Siempre tuve esa ilusión —responde y me sorprendo al ver el patio. Está lleno de juegos, parece un parque.

— Dios, Evan esto es demasiado lindo —lo abrazo y veo una sonrisa iluminar su rostro— de verdad que has deseado cachorros porque no creo que tú puedas usar eso —rio.

— Si —ríe— pero aún hay más —dice mientras me lleva a través del patio.

— ¿Tú solo has hecho todo esto? —pregunto mirando todos los juegos.

— Así es, nadie más que tú sabe de este lugar —responde y saca una llave de su bolsillo para abrir la puerta frente a nosotros.

— Evan —susurro al ver el interior— te has lucido esta vez.

— Gracias —ríe— papá solía enseñarme las constelaciones por medio de mapas y decidí hacer lo mismo con mis cachorros, pero con más tecnología.

Un pequeño observatorio para los cachorros, las paredes son negras y en ellas están dibujadas algunas constelaciones.

— Estoy segura de que a los cachorros les encantará este lugar —sonrío y lo abrazo.

[...]

— ¿Desde hace cuanto tiempo tiempo tienes esta cabaña? —pregunto— nunca me has hablado de tus propiedades, solo conozco la cabaña de los Woods y su historia porque me llevaste ahí, de este lugar no me has contado nada.

— Si lo hice —dice sentándose a mi lado— ¿no lo recuerdas?

— No —respondo después de haberlo pensado un poco.

— Yo si lo recuerdo —sonríe y me tira a la cama posicionándose sobre mí— ¿recuerdas el trato que te hice en un principio?

— Si —respondo nerviosa. La cercanía de su cuerpo me está afectando.

— Bueno, este lugar sería tuyo si aceptabas ser mi concubina, vivirías aquí con mis cachorros —dice sin apartar su mirada de mis labios— justo en esta cama te haría el amor día, tarde y noche —menciona con voz ronca.

El calor de mi cuerpo solo aumenta y siento sus besos húmedos en mi cuello empeorando la situación.

— Y mientras te hiciera el amor te diría que tanto te amo —susurra en mi oído— te diría que tanto te necesito a mi lado.