Mate Del Alpha.

CAPÍTULO 89 (2)

||EVAN||

Despierto algo exaltado al escuchar ruidos en la habitación y me tranquilizo al darme cuenta de que es Alysa.

— Lo siento, me dio hambre y baje por comida —dice con una sonrisa tierna.

— No te preocupes, pensé que los cachorros ya venían —murmuro sentándome.

— Han estado muy tranquilos desde que despertaste —se sienta a mi lado y recuesta su cabeza en mi pecho— creo que ellos también te necesitaban como yo.

— No más que yo a ustedes —paso uno de mis brazos por sus hombros y el otro lo llevo a su vientre.

— ¿Cómo crees que serán nuestras vidas con dos cachorros? —pregunta riendo— Doth me ha dicho que son hiperactivos y que tienen más energía y fuerza que un bebe humano.

— Los cachorros son algo difíciles, pero no imposibles. No será problema para nosotros —beso su mejilla— cuidaremos de ellos, luego entraremos a nuestra habitación —susurro en su oído haciéndola estremecer— y disfrutaremos nuestro tiempo a solas.

Puedo sentir su excitación en el aire y me contengo con todas mis fuerzas para no romper ese blusón y hacerla mía.

— Deberías dejar de hacer eso —murmura— sabes que no podemos.

— Pero podemos hacer otra cosa —susurro y beso su cuello.

— ¿Dejarte excitado? —pregunta riendo.

— No, tú me debes una...

— Lo sé, cállate —me interrumpe cubriendo mi boca.

Oh mi dulce Alysa, no escaparás de esta...

— Tú lo prometiste y...

— ¡Evan! —chilla y me lanza una almohada— se lo qué pasó, pero pensé que lo decías en forma de broma.

— Fue tú culpa por comer esa paleta frente a mí —digo provocando que sus mejillas se sonrojen.

— Yo solo disfrutaba de un dulce, no sabía que a el Alpha le gustaría un sucio blowjob —murmura y me es inevitable no sonreír ante su gesto tan tierno.

Aunque tenía ganas de eso, sé que ella no lo quiere y no voy a obligarla, esperaré a que mis cachorros nazcan y después la haré mía, como nunca lo había hecho.

— Solo bromeaba cariño —rio y rueda los ojos.

— Claro, solo bromeabas —bufa— tú gran erección dice otra cosa, cariño.

— Yo bromeaba, pero el imaginarte haciéndolo me ha provocado —trato de sonar serio y veo sus mejillas más rojas aún.

— Evan por favor —gruñe— sé que te deje en abstinencia durante un tiempo, pero si está es tu forma de vengarte créeme que no es nada gracioso.

— Yo había olvidado la abstinencia, después de eso tuvimos buenas noches de sexo y lo deje en el olvido —noto la humedad y el calor de su cuerpo y evito el sonreír.

— Debiste cerrar la boca, Lobito —siento como sube a mi regazo y de inmediato sus labios devoran los míos con fiereza.

Nuestros labios continúan con la danza lujuriosa mientras que mis manos hacen posesión de sus caderas. Sus pequeñas manos recorren mi pecho sin control y por momentos se detiene presionando en mis hombros.

Tomándola por la espalda baja la acerco hacia mi masculinidad haciéndola soltar un gemido.
Beso su cuello con pasión escuchando como suspiros placenteros y gemidos salen de sus labios constantemente.