CAPÍTULO 105 (2)

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||EVAN||

La luz del sol por la mañana entra por la ventana dando brillo a la piel de mi preciosa mujer, acaricio su brazo suavemente y la sonrisa con la que desperté permanece.

Noto como se mueve y a los pocos segundos ya se ha girado en mi dirección. ¿Hay algo más lindo que ver a la mujer que amas despertar a tu lado por las mañanas? No lo creo...

— Buenos días princesa —saludo y tomo sus manos para besar sus nudillos.

— Buenos días cariño —responde con un abrazo.

Retomo las caricias a su cuerpo y estás terminan en un deseoso beso que despierta mis ganas por más de ella.
Voy directo a su cuello y después de haber besado esa zona que tanto la enloquece continúo un camino hasta su vientre, hasta el pequeño vientre que albergó a mis cachorros hace unos meses.

— No puedo creerlo —mi voz sale en un susurro pero aún así tengo su atención— No puedo creer que en este pequeño vientre estuvieran mis cachorros.

— Pues créelo —ríe— Soporte mucho dolor y esa es la prueba.

— Me gustaría revivirlo, ya sabes, para confirmar que si ha sido en ese pequeño vientre donde vivieron mis cachorros —bromeó y deposito un par de besos en el lugar mencionado.

— No, gracias —bufa y evito reír— ya ha sido suficiente para mí.

Y vaya que lo fue...

— Verás que pronto llevarás a mi próximo cachorro dentro de ti —murmuro mientras acaricio sus muslos.
Aunque de verdad lo quisiera, no será posible hasta que ella lo quiera, pero no está de más soñar.

Veo como abre su boca para responder pero somos interrumpidos por golpes en la puerta. ¿Acaso nadie en esta maldita casa entiende que si estoy en mi habitación con Alysa no deben interrumpir?

— Alpha —me llaman desde el otro lado de la puerta.

— ¿Qué es lo que quieres? —pregunto molesto. Juro que si es una estupidez voy a despedirlo.

— Es María —responde y mi humor empeora. No quiero saber nada de esa mujer.— ella se ha estado golpeando e hiriendo, amenaza que si no lo ve acabará con su vida.

— Dile que me verá cuando su ejecución sea llevada a cabo, si ella termina con su vida me hace las cosas más simples —respondo esperando que ya me deje en paz— así que gracias, ya puedes retirarte.

Lo escucho alejarse y regreso toda mi atención a Alysa, la noto algo tensa y trato de relajarla con ligeros masajes pero sé que María ronda por su cabeza.

— Lobito —me llama y toma mis manos deteniendo el masaje— ¿no crees que ya es hora de deshacernos de María? No puedo parar de darle vueltas al asunto y mientras más tiempo esté viva más tiempo estará en mi mente.

— Entonces si yo me rehuso a esta petición y te hago el amor, ¿Gritaras el nombre de esa cuando yo te lleve al extasis? —pregunto mientras me hago espacio entre sus piernas.

— No —responde rodando los ojos— Créeme que el único nombre que tengo en mente cuando me haces el amor, es el tuyo, pero si lo haces ahora, tendremos más tiempo por la tarde y si aceptas el trato estaré a tu completa disposición.

— ¿Completa disposición? —mi sorpresa es notable, pues aún trato de asimilar lo que eso conlleva y responde con asentimiento de cabeza.

— Aún tengo las esposas —susurra y deja sus manos bajo su cabeza— puedes usarlas en mi, Lobito.

Mate Del Alpha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora