Mate Del Alpha.

CAPÍTULO 87 (2)

||EVAN||

— ¿Es muy necesario que te vayas? —Alysa se aferra a mi pecho y mi corazón se estruja al verla así.

— Los guerreros no pueden pelear sin un líder, princesa —respondo y beso su frente.— prometo que llegaré pronto, acabaremos con ellos rápido y estaré aquí a tu lado.

— No quiero que te vayas Evan —escucho sus sollozos y siento como sus lágrimas empapan mi pecho.

— Tampoco quiero alejarme de ti princesa, esto lo hago por ti y por mis cachorros, no estaré en paz sabiendo que esos vampiros siguen sueltos y que pueden hacerles daño —ella asiente y la tomo por las mejilla.— volveré pronto, volveré por ti.

— Más te vale Lobo y quiero que regreses con todas tus extremidades—ríe.

— Lo haré —rio y la beso una última vez.

Cada vez que cierro los ojos ese recuerdo llega a mi, la mañana en que me fui ella estaba mal y le prometí que sería rápido, pero esto está tardando demasiado ya que las rutas que consideramos aptas no están en condiciones para que todo un ejército pase por ahí y aún no sabemos si la ruta alternativa se encuentra igual o es favorable pasar por ahí.

La ansiedad me consume día a día, la necesidad de estar a su lado incrementa con cada minuto y no veo la hora en irme de aquí, abrazarla y besarla por todos estos días lejos.

— La ruta alternativa está en perfectas condiciones, debemos marchar antes de que anochezca —informa Ryan.

— Hermano te ves mal, pero veras que regresaremos a la manada en cuanto antes —dice Abraham dando palmadas en mi espalda.

— Yo también extraño a Lana, pero hay que ser fuertes por ellas —dice Ryan con una sonrisa.

— Bien, vayamos —suspiro y tomo mis cosas para comenzar a seguirlos.

Te amo mi Luna y pronto estaré a tu lado.

— El plan sigue en pie, traten de no llamar mucho la atención y sobrevivan —anuncia Naomi–una mujer Alpha- antes de que salgamos del territorio asegurado.

— No se separen para nada, somos demasiados y no estaremos contándolos uno por uno —grita Caín.

— Recuerden, Lobos atacamos por enfrente, Harpías y Vampiros por detrás y brujos por la izquierda y derecha —todos asentimos y continuamos con la marcha hacia el escondite de los rebeldes.

[...]

Al llegar ellos estaban preparados, tal y como lo habíamos pensado, habían construido una fortaleza algo improvisada, fácil de derrumbar.

— Entraremos a esa maldita pocilga y mataremos a esos que han estado molestando a los nuestros. Regresen salvos porque prometí a sus mujeres que estarían bien —todos asienten— cuidémonos entre todos, recuerden que somos una familia.

Todos nos transformamos y lanzamos un aullido de guerra, es hora de deshacernos de esos malditos.

Al pasar por la entrada se encontraban todos esos vampiros rebeldes, aquellos que habían intentado arrebatarme a mi Luna y mis cachorros; algo que no van a volver a intentar, me aseguraré de que así sea aunque esto se convierta en un baño de sangre.

Tomé impulso y me lancé al cuello del primer chupasangre que se atravesó en mi camino arrancándole la cabeza de un solo tirón. Obviamente me aseguré de que no fuera alguno de los que están colaborando con nosotros, les hemos asignado un collar con un olor específico para poder distinguirlos.
Y así fue con cada maldito que encontraba, cabezas rodaban por el suelo, nuestros pelajes se encontraban cubiertos de sangre y cada vez veía menos vampiros.