La nueva escuela

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Shiro decidió dejarle una semana de adaptación a Keith antes de obligarle a ir a su nuevo instituto. Durante esa semana, Keith conoció mejor a Lance y a Pidge y descubrió más sobre ellos, como que toda la familia de Lance estaba en Cuba y él había entrado ilegalmente en el país hacía años o que Pidge, quien era superdotada, estaba en aquella casa para mejorar sus habilidades sociales.

En poco tiempo, Keith descubrió muy a su pesar, que aquel era un modelo de familia mucho más sano que en el que había crecido. Shiro era afable y afectuoso, pero sin llegar a ser pesado y sin pasarse con las demostraciones físicas. Tenía un carácter autoritario, pero no lo conseguía gritando ni poniéndose violento, lo cual resultaba algo raro para el azabache, quien nunca había conocido a alguien así. Lance era como el hermano mayor de Pidge y siempre estaba de broma y esforzándose por hacer sonreír al resto. Era un poco entrometido, pero simpático y atento, y por lo que hablaba, daba a entender que tenía un montón de amigos en clase. Y por último, estaba Pidge, cuyo nombre real descubrió que era Katie. Era inteligente, pragmática y muy sincera. No parecía entusiasmarse con facilidad, ni mostraba muchas muestras de cariño, pero eso hacía que uno supiera cuando la chica era genuinamente feliz y le hacía envidiar a Lance por lo mucho que Pidge le quería. Hubiera deseado tener algo así en su antiguo barrio.

Keith se levantó de su cama y se frotó los ojos legañosos. Su habitación había sufrido unos pequeños cambios: habían comprado cojines naranjas para estar más cómodo sobre la cama y había colgado el póster de un coche en la pared. Además, habían arreglado la cortina rota y en la repisa de la ventana ahora había un cactus que Pidge había insistido en regalarle porque "es lo que se hace cuando alguien se muda".

Fue bostezando hasta el baño y entró para lavarse la cara y los dientes. Lance estaba en la bañera duchándose y cantando algo en español sin ningún tipo de pudor. Keith le dirigió una mirada a través del espejo y vio su espalda desnuda y su pelo castaño enjabonado por una rendija de la cortina. Se sonrojó en seguida y retiró la vista, abriendo el grifo de la pica para limpiarse la cara y bajar la temperatura de sus mejillas.

Lance asomó la cabeza por la cortina de baño al darse cuenta de que allí había alguien.

- ¿Keith?

- Cantas fatal.- Respondió el otro sin mirarle y cogiendo el cepillo de dientes.

- ¿Nervioso por tu primer día de cole?- Preguntó, regresando a su tarea.

- No.- Mintió el otro e inconsciente buscó algo más para meterse con él.- Sólo temo que me asocien contigo.

- Eso es lo mejor que te podría pasar.- Bromeó Lance.

Keith rodó los ojos y salió de allí. Se puso una camiseta negra, sus pantalones ajustados y una chaqueta corta de color rojo y blanco. También cogió su nueva mochila negra, la cual tenía una especie de "V" morada dibujada, y bajó a desayunar con los demás.

Los cuatro desayunaron entre bromas y silencios, como era ya la dinámica habitual y salieron  a coger el coche. Keith se puso unas gafas de sol, lo cual hizo que Lance parara en seco.

- ¿Pero qué es eso?- Gritó señalándole con el dedo, entre risas. Keith le dirigió una mirada asesina que no pudo ser apreciada por nadie dada la tintura de sus lentes. 

Lance saltó grácilmente hacia adelante y le cogió las gafas a Keith, poniéndoselas de inmediato.

- Miradme, yo. Soy muy chungo, yo.- Empezó a cantar, poniéndose de cuclillas y haciendo aspavientos con las manos, imitando al prototipo de rapero de su mente.

Keith se cruzó de brazos, entrecerrando los ojos.

- Basta. Lo pillo. Las dejaré en casa.

Pidge ignoró toda la escena, pero Shiro se acercó feliz a Lance, mientras el otro volvía a entrar para dejar las gafas.

Inefable IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora