El derrumbamiento

3.6K 527 265
                                    

Lance parecía ir flotando en una nube. Estaba empanado, con cara de bobo constante, no escuchaba a nadie, se perdía en sus pensamientos y, cuidado cuando su mirada se encontraba con la de Keith, porque entonces perdía literalmente el norte y se ponía a suspirar inconscientemente tan alto como si no hubiera mañana.

- Es TAN obvio.- Le mencionó Pidge a Hunk exasperada.- Me da asco.

- No digas eso.- Repuso Hunk, dándole un codazo.

- ¿De qué habláis?- Se les acercó Shiro con un gran pastel de frutas que había comprado en la pastelería de la ciudad. Él nunca había sido, ni seguramente sería, un buen cocinero.

- ¿No es evidente? ¿O a caso tú prefieres no ver lo que pasa entre esos dos?- Preguntó Pidge directamente, señalando hacia Lance, quien tenía corazones por ojos, y Keith, quien claramente se esforzaba por ignorar las atenciones del otro.

- Lo veo...- Exhaló Shiro. 

Había decidido no entrometerse, pese a que se preocupaba por ellos dos. Él hubiera deseado una relación más fraternal, como la de Lance y la de Hunk, pero no se podía condicionar al amor. Seguro que Lance no había escogido racionalmente a Keith y claramente Keith no quería nada con Lance... Aunque ni Shiro entendía porqué, cuando estaba claro que a Keith también le gustaba Lance. En todo caso, ninguno de los dos le había contado nada, lo cual le molestaba un poco, pero podía entender que su posición de "padre" le alejara de los menores en cuanto a temas amorosos se refiere.

- ¿Y no harás nada?- Le preguntó Pidge, sorbiendo su zumo de naranja con una pajita.

- ¿Como qué?- Preguntó Shiro, apoyando la cabeza en su mano.

- Habla con Keith. Creo que no tiene a nadie con quien hablar sobre...- Pidge señaló la escena incómoda de aquellos dos, haciendo círculos con la muñeca y con cara de disgusto.

- ¿Vosotros habláis con Lance sobre el tema?- Les preguntó Shiro.

- Constantemente. Más bien, es Lance quien no nos deja en paz con el tema.- Dijo Hunk dirigiéndole una mirada cariñosa a Lance, quien seguía perdido en la cara y cabello de Keith.

- Es un infierno. Me dan ganas de irme a mi casa.- Añadió Pidge. Shiro tapó su sonrisa con la mano con la que se sostenía la cabeza. Era la primera vez en más de dos años que Pidge mencionaba ir con su familia por voluntad propia, aunque ahora lo dijera como hipérbole.

- ¿Lance y Keith tienen vuestro apoyo, chicos?- Les preguntó Shiro.- Si empiezan a salir, no será fácil para ellos, y si cortan, la ruptura será aún más difícil, viviendo juntos... Os van a necesitar a su lado, pase lo que pase, ¿entendido?

- Claro.- Asintió Hunk levantando el dedo pulgar. Pidge sólo se encogió de hombros.- Pero tú deberías hablar con Keith, ¿de acuerdo?

- Sí, lo haré... Últimamente se abre más conmigo.- Añadió dándole un sorbo al café, con orgullo en sus palabras.

- Por supuesto, eres el mejor.- Le elogió Hunk.

- Hoy iré al rocódromo con Keith, quiere hacerse socio. Aprovecharé para hablar con él.- Hunk asintió con la cabeza en gesto de aprobación.- Después, había pensado en quedar con Allura, pero si...

- ¿Otra vez?- Interrumpió Pidge.

- Hace más de una semana desde la última vez que la vi.- Se justificó Shiro.

- Eso no es nada. Vaya grima, en esta casa están todos enamorados de alguien.- Protestó Pidge.

- ¿Hunk?- Se sorprendió el mayor, mirándolo.

Inefable IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora