ϙᴜɪɴᴄᴇ

12.4K 798 95
                                    

Él había dejado una hilera de dulce aroma cuando abandonó la habitación. Su perfume sin duda era exquisito.

Suspiro tomando la compostura, muriendo de nervios por abrir el pomo de la puerta. ¿Alguien nos había visto? Es decir, la situación puede malinterpretarse.

Sin embargo, cuando salgo de la habitación paso desapercibida. La música es tan alta que retumba contra las paredes. Se forman estruendos.

—¡Donde vuelvas a desaparecer!

Me sobresalto, tomando mi pecho en una mano. Intento calmar mi pesada respiración.

—Y–yo...

—¡No quiero excusas! ¿Dónde estabas? ¡Creí que te habías ido! —La de ojos ámbar toma una pose imponente, colocando sus manos alrededor de su cintura. — ¡No tienes ni idea de cuantas veces marqué a tu móvil! Pero, ahora dime ¿qué tal te sientes?

—Me encuentro mejor.

Un momento...

«Mi móvil... ¡Mi móvil! »

No recuerdo dónde deje ese dichoso bolso con mi celular dentro. Mis manos están tensas. El dolor estomacal desapareció, no obstante tenía una nueva preocupación.

—HyeJin, no se dónde dejé mi bolso. —murmuro, ella me reprende con la mirada.

—No importa. —¿No importa? ¡Ese aparato es mi vida, mi bebé! —Hace rato que quiero entrar al agua, vamos. —exclama llena de alegría. A veces su inminente bipolaridad es algo que me desconcierta en su totalidad.

Asiento, ella me sonríe. Y sin más, comienza a llevarme hacia el patio trasero de la casa.

La música permanece insistente al bullicio. Hye continúa tirando de mi mano con euforia. Pero, no puedo evitar recorrer la mirada por esa gran piscina. Toboganes ¡tiene toboganes!

Es alucinante la cantidad de torsos masculinos desnudos que favorecen mi vista, cada uno más fornido al anterior. Acompañado de ello estaban las chicas con pronunciadas curvas, con una cintura fina, es envidiable; hacían que mi autoestima decayera.

—¡Toma! —La Kim me lanza algo a las manos, es mi bolso. Inmediatamente le doy un escaneo, palpando mi móvil en el proceso, ¡gracias, señor! — Olvidadiza.

¿Ella lo tenía? Entonces, ¿Por qué llamarme?

«Sólo agradece. »

—¡Gracias, mil gracias! ¡No se que haría sin ti! —¿Exagerado?, un poco.

Tampoco no se que haría sin mi precioso celular.

Ella se carcajea. Simplemente logro abrazar con insistencia mi bolso, es un peso menos.

—Venga, cámbiate. Te espero.

Decido adentrarme a ese diminuto cubículo, cubierto de lozas color azul marino, era incómodo.

Número uno: quítate la ropa.
Número dos: colócate ese... Bañador.

Supongo que era definitivo, estaba preparada para que mi moral cayese al piso.

Cuando finalmente termino, visualizo mi silueta en ese espejo. Corrijo, ¡Gran espejo! posicionado contra la puerta.

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Where stories live. Discover now