ᴠᴇɪɴᴛɪsɪᴇᴛᴇ

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Por favor, no me dejes...

Él se coloca a mi par, sosteniendo ambas manos sobre las mías. Sus pulgares ejercen presión contra mi piel. Entonces, suelta un suspiro y aparta el cabello castaño que caía sobre su frente.

—S–se hace tarde —su voz tiembla a la ligera. Me costaba creer que Jeon Jungkook esté tartamudeando—, Deberías descansar. Si necesitas algo, avísame.

El cuerpo del castaño se coloca de pie. Un escalofrío me invade de repente y siento unas inmensas ganas de vomitar.

—¡No! ¿A dónde irás? —chasquea la lengua y sus puños se tensan. Su deductiva mirada analiza cada fracción de mi rostro— Quédate conmigo.

—Estaré afuera, descuida.

Fueron las últimas palabras que me dirigió antes de salir de la cabaña con pasos largos y furiosos. Mi pecho se comprimía: es como si mi cerebro empezara a procesar lo sucedido.

Mi pulso se acelera y mis manos juegan entre sí, es el pánico. Taehyung me había besado de manera brusca y precipitada, tanto, que había dejado una marca a la par de mi mejilla. Lo comprobé cuando me visualicé en el espejo de mano de Hyejin.

El coraje me invade y lo único que puedo hacer es autotranquilizarme ante la idea de que Kim actuara de esa forma. Y eso me llevó a pensar, ¿Habría sido el alcohol? No era la primera vez que decía incoherencias en un estado de ebriedad.

No podía culparlo, es Taehyung. Sé que tarde o temprano me enfrentaré su sonrisa tierna arrepentida... Sabré hablar de ello cuando llegue el momento.

Me recuesto, abrazando mis piernas sobre la cama, luego de acunarme entre las sábanas. Los ojos me pesan, y el calor comenzaba a esparcirse por mi cuerpo, ya no siento escalofríos y pesadez.

Desperté luego de unas horas. Las luces del corredor permanecen apagadas. Miro hacia mi par, Hyejin no está.

Paso saliva.

De un momento a otro, un recuerdo enternecedor se posa en mi mente. Él, ¿Aún estará fuera?

Sobrepongo una de las mantas sobre mi cabeza y me abrazo a mi misma, hacía frío; también, me preocupaba que, —en caso de que Jung siguiese fuera— pescara alguna enfermedad por mi culpa.

Abro el pomo de la puerta, suspirando de asombro cuando en medio de la oscuridad estaba él, arrimado contra el barandal de madera. Sus ojos se cerraban de par en par y se pasaba las manos por las piernas mientras tiritaba.

—¿Qué haces aún aquí? —sus ojos castaños se abren de golpe, ahogando un bostezo que amenazaba con escaparse de su boca.

—Dije que me quedaría sí necesitabas algo.

Su mirada vuelca sobre un punto ciego de los lagos.

—No creí que sería literal... —comienza a mover con constancia una de sus piernas—Pero te agrdezco —él asiente, ahogo una triste risilla, parecía que no quisiera verme la cara. Entonces, tomo asiento a su par. Él se tensa cuando lo abrazo con lo restante de la manta. —, eres un terco, te dije que te quedaras conmigo y ahora estás aquí, muriendo de frío.

—Me lo tomaré como un cumplido— sus manos se cruzan sobre su regazo— gracias.

—Al contrario, gracias a ti por quedarte.

Su cabeza se curva sobre mis hombros, entonces suelta un suspiro; —Somos patéticos.

—¿Qué? —sus manos peinan mechones de su cabello.

—Somos patéticos por mantenernos alejados —la madera del piso cruje cuando se remueve en su lugar—, soy patético por dejar que él se acerque a ti.

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Where stories live. Discover now