ᴅɪᴇᴄɪsᴇ́ɪs

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Mi mente se queda en blanco.

Es como si mi presión arterial bajara de un momento a otro.

Es entonces cuando dobla los dedos brindando un sutil contacto con mi espalda. Su tacto induce y atrae, pero tengo la rara sensación de estar tomando en mis manos algo tabú.

«Él es prohibido»

La punta de su nariz roza mi mejilla, erizado mi piel en el proceso.

No obstante, es adictiva la manera en la que sus manos se pasean por mi cintura, tatuando con los dedos líneas imaginarias, pero que parecían estar formando letras...

—Quiero quedarme. —respondo, mi voz es quebradiza, débil. Como un susurro.

Él me regala una sonrisa juguetona. 

Sin embargo, percibo su ausencia y la falta de su calor corporal. Mis ojos se abren de par en par. ¿Qué es lo que hace? Se ha alejado de mi.

Jeon posiciona sus brazos en los azulejos, mirando con prudencia mi rostro y bajando hacia mi acelerado pecho.

—Quiero todo de ti.

Firme, no aparta sus ojos de los míos. Espera una respuesta con su respiración semi-agitada y su carnosos labios cubiertos del rojo de mi labial.

Pero, ¿a qué se refería?

—¿Qué?  —se acerca unos centímetros, suficientes como para que él pueda analizar de cerca todas mis reacciones

—¿Estoy siendo precipitado, cariño? Lo siento, pero no quiero compartirte con nadie. Soy egoísta.

Su cambio de actitud es impresionante. Es manipulador e impulsivo, deja a mi cabeza revuelta en maneras de analizar sus movimientos.

Mis manos tiemblan cuando las coloca sobre su pecho, agarrando mi nuca con delicadeza. El frío de la noche me produce escalofríos.

—No es egoísmo, si yo siento lo mismo. Es una cuestión autoritaria. —él me mira, incrédulo, suprimiendo una carcajada.

—¿Autoridad? ¿Quién crees que manda aquí?

Nuevamente me deja en duda. Es represiva la manera en la que él indaga. Fría, curiosa, restrictiva.

—No puedo responder eso. —mis brazos se posicionan contra su pecho, su respiración es trabajosa.

El castaño se aferra con mayor fuerza a mi cuerpo, arqueando mi espalda cuando sus manos hacen presión en mi trasero.

—Esto es un juego, ____. —sus orbes marrones se clavan en mis ojos y con sus manos recorre mi costado—. Nadie manda. Sin embargo, creo que esto es cuestión de necesidad. Me necesitas... —deshace el agarre de uno de los botones de mi bañador, jugueteando con el borde—. Te necesito.

La parte superior del traje cae al agua. Mi torso está descubierto y él suelta un gruñido.

—Entonces, comienza a jugar, Jeon.

Me toma con agilidad, chocando la comisura de sus labios en los míos con pasión, devorando mi boca sin pudor alguno.

Las palmas de sus manos se dirigen desde mi pecho hasta el comienzo de mis caderas, arrinconado mi anatomía contra la de él.

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Where stories live. Discover now