ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴜɴᴏ

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Me despierto en medio de la gélida madrugada; los ojos me pesaban en cada parpadeo. Me costaba acostumbrarme a la luz nocturna.

¿Dónde estaba? Tengo la ligera sensación de que mi cabeza produce escenarios innecesarios, pues tiendo a ver sombras a mi alrededor.

Sorbo la nariz.

Recuerdo haber bebido un par de tragos del pesado Whisky que, —Ilícita o legalmente— Yoongi había conseguido escabullir en las maletas después de haber asaltado la despensa de resguardo.

Mis ojos recorren parte de la habitación para finalmente darme cuenta que estaba en mi cabaña. Apoyo los brazos sobre los codos, arrimándome en el espaldar para sentarme. Entonces, una fuerte punzada me sacude la cabeza.

Pareciera que me hubiesen incrustado un tornillo.

Segundos después el dolor comienza a hacerse distante, minimiza hasta que finalmente logro respirar con tranquilidad.

Luego escucho un ronquido.

—¿Hyejin? —pregunto. La persona gira sobre la cama, dejando una opaca visión de su rostro apenas iluminado por los faroles nocturnos.

Mi cuerpo se eriza y mis ojos se agrandan;  me levanto a la velocidad de un rayo, llevándome gran parte de la sábana que segundos antes me arropaba.

He pisado algo. Lo tomo entre mis manos, son unos pantaloncillos; mis ojos viajan rápidamente a su cuerpo, Jeon está semidesnudo. Es ese el momento en dónde me lleno de furia y decido propinarle un golpe con su ropa en el rostro.

—¡¿Qué haces aquí?! —Jeon suelta un chillido semi-agudo, cogiendo entre sus dedos los pantaloncillos que han aterrizado en su frente, parece adormilado y apenas mueve el cuerpo.

—¿Qué te sucede? —me regaña, lanzando el pantalón al otro extremo de la habitación. Intenté recriminar, pero comienzo a toser con fuerza, jadeando por recuperar la voz—. Estás enferma, deberías volver a la cama.

Se reacomoda mirándome, sus ojos marrones nítidos se clavan en mi rostro. Ha colocado una mano en su frente y su espalda se apoya en el respaldar de la cama.

—N–no quiero volver a la cama—Apenas había recuperado algo de aire en mi voz. Él parece notarlo, estimo que ha murmurando una maldición en medio de la obscuridad.

—¿Cuál es el problema, princesa? —mis ojos se desvían a sus brazos descubiertos, una de sus piernas desnudas se mantiene enredada de la sabana contra sí.

¿Estaba siendo sugestivo? ¡Dios mío! Mi rostro parece decolorarse en una paleta de rojos.

—Y–yo... T–tú, carajo— no sabía dónde colocar la mirada. Puedo mirar mis pies, siendo realista. He inclusive me percaté que yo llevaba toda mi ropa puesta, incluyendo los calcetines.

—¿Qué? —una mirada de desconcierto se posiciona en su rostro, señalé con los dedos su cuerpo expuesto por falta de la manta. Lo escucho reír—. Si te tranquiliza. Llevo puesto los bóxer's.

—Sí...

Se remueve, palpando el hueco a su lado en el que antes mi cuerpo descansaba; —No es la primera vez que duermes conmigo, tampoco es que debas tartamudear. Ahora vuelve aquí.

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Where stories live. Discover now