ᴠᴇɪɴᴛɪᴅᴏs

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—¿Fumas? —pregunta.

Sus manos se tambalean ligeramente, parece temblar.

—¿Parece que lo hago? —ella se ríe.

De su cómoda saca un encendedor rosa, con una calavera metalera en el centro. Bonito adorno.

Coloca el cigarrillo en su boca para luego prenderlo. Me cubro la nariz con la manga de mi sudadera.

—Nunca te he visto fumar, Hyejin. —la de ojos ámbar clava su mirada en mi.

—Ni volverás a verme hacerlo. —su rostro se entristece. —Supongo que es como un botón de reinicio. Maldición, me siento una mierda.

Cruza las piernas sobre el sillón de cuerina, luego se abraza a si misma.

—¿Quieres hablar? —asiente, comenzando a sollozar, Dios... Me partía el alma verla de esta manera.

Sabía que necesitaba dialogar con alguien, era consciente de que en este momento ese alguien era yo. Y agradecía profundamente eso.

—Vas a pensar que soy una idiota. ¡Pero lo extraño tanto!, sin embargo es un imbécil que no sabe lo que quiere.

—¿Hace cuanto que terminaron?

—¡Ni lo recuerdo! ¿Cinco horas, quizás? —Comienza a contar con sus delgados dedos. —Sólo sé que quiero ir a estamparle la cara en la comida de su perro.

Se ríe, yo la sigo. Pero cuando sus risas se congelan vuelve a sollozar, soltando pequeños quejidos lastimeros.

—¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?

Sabía que yo no era la indicada para este tipo de situaciones, mis consejos son banales y poco eficientes. No obstante, ella necesita un hombro en que llorar y probablemente...

—Acompáñame a acuchillarlo esta noche.

—¿Me tomas el pelo?

—No, —niega y de sus labios brota un puchero lastimero. —quiero llenar su techo con papel higiénico y a su perro, ¡Oh, a ese maldito! Le daré un laxante canino.

—¿Eso no es vandalismo? —la Kim se cruza de brazos, mirándome a manera asesina. Tira por la ventana la colilla del cigarro después de haberlo mojado en el jugo de arándanos que su nana nos brindó.  —Quiero decir... Es arriesgado.

—Si lo hacemos en una hora poco concurrida nadie nos verá; ¡Y entonces me reiré cuando le prenda fuego a su ropa interior! 

De repente, se levanta. Toma de su cómoda un lápiz y un papel, comenzando a escribir en el borde de la hoja.

—¿Estás segura de esto?

—¡No es la primera vez que hago esto! Confía en mi. —Suelta pequeñas carcajadas macabras, tomando en borde de la hoja para luego arrancarla. —Toma, necesito que consigas esto.

Me da la hoja, como si nada.

—¿Y de dónde quieres que saque un laxante para perro?

—Lo venden en las veterinarias, descuida. ¡Ahora ve, paso por ti a las once!

—Hye, yo...

De repente, la voz de su nana nos interrumpe, habla apaciguadora a través de la puerta; —Cariño, he preparado crepes.

Hyejin me toma de los hombros, mirándome fijamente mientras me arrebata el papel de las manos y lo guarda en el bolsillo de la chaqueta.

—Ni una palabra, ¿entendido? —logro asentir, la Kim me sonríe con ternura. —¡Ya vamos, nana!

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Where stories live. Discover now