ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

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—¡Les he preparado algo para cenar, tortolitos! —parece eufórico, es totalmente diferente a esa persona pedante de hace meses, como dos gotas tóxicas de componentes distintivos.

Ambas caras de una misma moneda, son continuas y dependen de la situación. Ahora lo entendía, se protegen el uno al otro, son hermanos, comparten lazos consanguíneos muy fuertes.

—Hyun, no ahora— Jungkook ha renegado con sus dedos sobre el barandal de las escuelas.

Me estaba acompañando hasta la puerta, nada más. No me ha dirigido palabra alguna en todo el trayecto, su mirada permanece en la suela de sus zapatos y los movimientos de sus manos son apenas para lograr afianzarse al caminar.

—¿Saldrán? —Asume el mayor, sus brazos han bajado ese par de cacerolas humeantes y se agarra de la isleta de la cocina—. ¿Hice comida de reconciliación en vano?

Oh, y eso me ha parecido tan tierno.

—¿Reconciliación?— Murmuré. Estaba nerviosa y tenía aquella vaga esperanza de que Jungkook gesticulara algo, alguna palabra, una sílaba hacia mi.

Pero, es todo lo contrario, ni siquiera puede posar sus ojos en mi rostro por, aúnque sea, un segundo. —No, ella tiene un compromiso.

Finalmente habla, mirando con desgano los ojos de su hermano. Su voz desanimada me producía espasmos en la espalda, es un comportamiento tenue sin mucha relatividad.

—¿Te vas, boxeadora?— Esta vez, Hyun me ha mirado con tristeza, esperando una respuesta-excusa de mi parte.

—Yo... lo siento

No podía formular algo fiable. Traía pesar en las extremidades y bofetadas mentales en cada rincón de mi cabeza. ¿Había algo más estúpido que esto? Basta ya, no lo lamentes. Evita sentirte culpable.

—¿En realidad cociné para nada? ¡Malagradecidos! —ha azotado los cubiertos en el mesón, Jungkook suspira pesado—. Estuve toda la maldita tarde escuchándolos gritar. Al menos, esperaba que salgan con una cara no tan de culo como la que se cargan justo ahora.

—He dicho que no ahora—. El castaño silencia al mayor.

—Oh, no. ¿Saben qué?, váyanse al diablo. No estoy para aguantar sus estupidas discusiones de niñatos confundidos—. Responde a la defensiva, sus palabras son fuertes, como cada uno de sus pasos—. Ojalá puedan dejar de pensar en ustedes por un momento, y abran los ojos de una maldita vez.

Ese es el jodido problema, sólo puedo pensar en las atribuciones de mi alrededor, desearía ser egoísta, al menos poder pensar con claridad.

Sólo deseaba un momento de paz; una pequeña utopía de nubes y caramelos glaseados.

Hyun nos ha dedicado una mirada veloz, antes de caminar hacia una de las habitaciones, golpeando con fuerza la madera cuando cerró la puerta.

Jungkook toma delantera, bajando cada uno de los escalones para aproximarse hacia la puerta. Ha agarrado la perilla, dedicándome una seña poco sutil que no fui capaz de interpretar.

Mis pies no reaccionaban.

—Ve, se te hace tarde—. Corta.

—Y–yo...

Venga, habla. No titubeos.

—¿No queremos que Taehyung se entere de que estuviste conmigo, verdad? —él se adelanta, dejándome pasmada cuando señala la salida una vez más, a mi cuerpo estático le cuesta procesar las ordenes—. Ya hemos hablado, puedes irte.

Esa frase mata amor se estrellaró como una flecha de arco en mi cabeza. Directamente, surgió el efecto en mi pecho, sentí un pinchazo estúpido en el costado, dolió.

SEXUAL GAME  ⏐  J. Jungkook Où les histoires vivent. Découvrez maintenant