Liam y yo fuimos a la cafetería luego de haber intercambiado unas cuantas palabras en las demás clases (cuando terminaban por supuesto), decidí olvidarme del asunto que me había ocasionado cuando estrechamos las manos al conocernos.
Quizás era una coincidencia el sentirme familiarizada con él.
-Vaya, Corea está en todos lados. -Reí al escuchar la música que estaba reproduciéndose en los altavoces de la cafetería.
Supe que era de un grupo surcoreano que era muy reconocido aquí en USA, realmente no era fanática de tal género pero sí me gustaban los doramas surcoreanos.
Y graciosamente, mi nuevo amigo era de Corea del Sur.
-Te digo que hay mejor música que esa, una donde hay palabras edificantes y de aliento para las personas. -Comentó caminando junto a mí, luciendo tranquilo.
Lo miré de reojo y de verdad que mi cabeza ni dejaba de preguntarse de que si ya le conocía, aquella sensación de Deja Vù comenzaba a hacerse muy frecuente.
Hicimos fila para pedir nuestros almuerzos, y seguidamente buscamos una mesa vacía para sentarnos tranquilamente a comer.
Vi que cerró sus ojos y gesticulaba unas palabras con su boca, pude darme cuenta de que estaba orando así que lo contemplé en silencio.
Luego alzó la cabeza y me sonrió, dejándome algo anonadada por lo bonita que era la forma de esta.
-Veo que eres entregado a tu Señor, mis padres dicen que Él no existe y me lo han querido inculcar pero... no sé, siento que... no puedo hacerme atea porque hay algo que me lo impide. Aquí adentro. -Dije señalando mi corazón con el dedo índice.
Vi entonces que se atoró con un bocado de comida al oírme, tomó rápidamente un trago de la Pepsi que había pedido y fue que logró respirar tranquilamente.
Dicha actitud me confundió bastante.
-Oh... umm, realmente que... es algo triste que tus padres no crean, Dios es alguien maravilloso y único. -Sonrió ampliamente al hablar sobre Dios.
-¿En serio? Me gustaría saber más de Él. -Sonreí interesada por el tema, quería conocer a ése Dios que seguían los cristianos.
Aquella llama ardiendo en mi interior... me pedía que buscara conocer a Dios.
-Bueno, sería un gusto para mí hablarte de Él cuando lo desees. -Guiñó un ojo en mi dirección y no pude evitar sonrojarme.
No podía negar de que Liam Kang era un muchacho muy guapo y que llamaba la atención de varias chicas en la cafetería, podía catalogarlo como el galán protagonista de los doramas.
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La jornada de clases terminó a las dos de la tarde, Liam y yo pudimos congeniar tanto que incluso me sorprendí de las muchas cosas en común que compartíamos.
También nos agendamos en Whatsapp y podríamos hablar de cualquier cosa cuando no nos viéramos en la universidad.
-Llegué. -Avisé cerrando la puerta principal de la casa.
Al no tener respuesta supe que mamá y papá seguían en sus trabajos, por lo que fui directamente a mi habitación para darme una ducha y seguir mirando mi dorama favorito.
Debía admitir que estaba enganchada con la serie The Legend of the Blue Sea, trataba de una sirena y un hombre al que le borra sus recuerdos.
Ciertamente aquellos doramas que trataran sobre pérdida de memoria me interesaban, quizás era por el hecho de que sabía lo que era el no saber nada de ti ni de tu vida. Me duché velozmente y tras colocarme mi pijama de estrellas marinas, me senté en posición india sobre mi cama y encendí mi laptop.
-Mmm... creo que buscaré a Liam por Facebook, me gustaría saber más sobre él. -Susurré tecleando mi contraseña de usuario.
La sesión se abrió y fui directamente a la barra de búsqueda, tecleé "Liam Kang" y le dí en la tecla de intro.
Me apareció de primer lugar su perfil, por lo que ingresé en él y le mandé una solicitud de amistad.
-Listo, cuando acepte veré un poco su muro. -Sonreí dirigiéndome a DramaFever para ver mi dorama.
Reproduje el episodio en el que había quedado, donde el protagonista recobraba todos los recuerdos que la sirena le había borrado.
-Ugh... ha de doler. -Murmuré con la vista clavada en la pantalla.
Mi mente también comenzó a tener recuerdos, y de repente pude sentir un pinchazo en la cabeza que me ocasionó un dolor agudo.
Cerré mis ojos fuertemente, masajeando mis sienes con los dedos.
-"Creo que estudiaré Oceanografía cuando sea grande, ¿y tú D...?"
-"¡Yo también! Quiero estudiar lo que más amo después del Señor: el océano."
Y aquel recuerdo de mi niñez se desvaneció, aquel niño de rostro borroso se colaba nuevamente en mis memorias, pero lo más resaltante fue que dije que amaba a Dios primeramente y luego el océano.
¿Acaso... yo ya conocía a Dios?
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La aparición de Liam hará que Loretta experimente una ola de recuerdos durante el transcurso de la historia 👀 comenten qué les ha parecido y voten por favor 🙏
