∀ I S Ǝ N W ∀ 🔚 novela cristiana.

XXV: Luchando contra tinieblas

Apenas los Stevens fueron avisados de la situación por Liam, no tardaron en tomar el primer autobús que tuviera destino a Ft. Lauderdale para contactar a las autoridades y reportar el secuestro de Dafne.

Incluso, los gemelos también fueron a la ciudad con las pruebas de la falsificación del historial médico de Dafne en su accidente, y la negligencia médica que hubo tras colaborar con tal delito de parte de los Owens.

Solo les quedaba esperar a que Dios hiciera la obra y que guiara a la policía al lugar en donde Dafne se hallaba.

—Liam... necesitas dormir, has estado despierto toda la madrugada. –Expresó la señora Stevens con preocupación hacia su yerno.

Bueno, ella ya lo consideraba de esa forma.

Pero él estaba renuente, sentía que dormirse no era una opción mientras Dafne estuviera en problemas, para él no era viable.

—Lo siento, hermana... voy a orar. –Murmuró algo perdido el joven mientras se dirigía a su habitación.

Cerró la puerta tras de sí con llave, y se tiró de rodillas al suelo por quinta vez en aquella hora oscura, y lloró a voz en cuello al Señor con su alma desgarrándose en miles de pedazos.

—No puedo más, Padre... todo esto me duele y me desgarra, saber que está sufriendo solo me causa un dolor agudo en mi pecho. –Susurró con las lágrimas cayendo de sus ojos como grandes cascadas.

A veces deseaba tomar su lugar, ser él quien padeciera ese sufrimiento por ella, de eso se trataba el amor de Dios.

Sacrificarse por los que amas, como Jesús hizo con la humanidad.

Pero la mayoría son egoístas, pensando en el bien propio y no en el de las personas que profesan amar, más él no dudaba ni en segundo en querer dar su vida por Dios y por ella.

Solo quería verla feliz, devuelta en casa con los que aman.

—Revélanos su paradero, Señor... por favor... –Susurró secando sus lágrimas tras haberse calmado.

Y por alguna razón, vino a su mente la palabra Louisiana.

—Lo tengo. –Dijo alzando la mirada para salir de su habitación, siendo captados por todos los presentes allí.

Asintió con determinación.

—¿Liam?

—Ya sé dónde puede estar.

La oscuridad se hacía latente frente a mí, el frío de la habitación que una vez fue parte de mi niñez... ahora me parecía como un horrible paisaje de cuento de terror.

Abracé mis rodillas, porque sentía que necesitaba un soporte de algún tipo ante la desgarradora sensación que azotaba mi cuerpo. El ser privada de la libertad que se supone que Dios ya me había dado, y fue que en medio del caos me puse a reflexionar muchas cosas.

¿Así se sentía el espíritu del hombre preso del pecado? ¿Así era estar atado y enclaustrado en aquella celda de perdición?

Si así era, daba gracias a Dios por la salvación de mi alma. Porque ser preso era agonizante y desesperante, tal vez los reclusos en las prisiones sentían lo mismo que yo. Pensé en todos mis seres queridos, mis amigos, mis padres.

En Liam.

Lo extrañaba, demasiado.

Y las lágrimas no tardaron en aparecer nuevamente, cayendo sin control por el borde de mis ojos. Otro sollozo ahogado atravesó mi garganta con ahínco, desesperado como una gacela herida antes de ser devorada.

Podía sentir al enemigo burlarse de mi situación, era algo habitual en él. Pero estaba segura de que esto no sería para siempre, Dios me daría libertad de toda esta prueba dura y difícil.

Era cuestión de que mantuviera mi fe intacta ante la adversidad. Como Pablo cuando fue apresado muchas veces por predicar el evangelio, siempre creyó en el Señor a pesar de las circunstancias.

—Y yo también creeré en Ti, Padre. –Susurré acostándome en el frío y polvoriento suelo de la habitación.

Solp debía seguir firme, sin desmayar ni dejar que los malos pensamientos acabaran con mi fe, tenía que seguir luchando contra las tinieblas.

Y creer que la luz de Cristo reflejada en mí disiparía las mismas. Solo era cuestión de fe.

Mucha fe.

Al fin pude subir cap xd disculpen pero tuve percances que ya saben 🙈 espero poder terminar pronto esta historia 😂 comenten y voten por favor! 🙏

¡Dios les bendiga!