∀ I S Ǝ N W ∀ 🔚 novela cristiana.

XVI: El plan

Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?

Me repetía mil veces aquella cita bíblica en mi cabeza, nada de lo que quisiera hacer el enemigo contra Liam o contra mí daría resultado, porque en Cristo estaba nuestra victoria.

Aún así, mis ánimos no estaban al tope como lo debieran estar normalmente.

Despertar y saber que no podía acercarme a Liam o viceversa era demasiado desesperante, más ahora que nos recordábamos mutuamente.

Oh, y también que debía lidiar con mis tíos y su secuestro.

-Loretta, ven a desayunar. -Escuché a Loraine llamarme apenas bajé las escelaras.

Fui en silencio hasta la mesa y no dije una sola palabra, no quería hacerlo. Ellos tampoco dijeron nada al respecto, así que era mejor para mí.

-Gracias, he terminado... -Susurré levantándome luego de unos minutos, tomé el plato y lo llevé al lavadero.

Y sin despedirme salí de la casa, sintiendo la brisa marina matutina abrazarme suavemente; el cielo estaba despejado y las nubes se veían muy blancas y esponjosas ése día.

Sin embargo... mis ánimos no se levantaban todavía.

Respiré profundo y me fui hasta la parada del bus, llegó el correspondiente y en media hora ya estaba frente a la universidad.

Marion corrió hasta mí apenas vio que me bajaba del transporte.

-¡Hey! Me tenías preocupada desde que me contaste todo... -Susurró ella mirándome con pena, luego nos encaminamos al interior del lugar.

Estaba a punto de responderle, pero me detuve abruptamente en medio pasillo al ver a alguien caminar en dirección opuesta.

Era él.

Nuestras miradas se conectaron al momento en que nos cruzamos, se detuvo frente a mí mientras que Marion observaba todo en profundo silencio.

Pude notar que no había dormido bien, las bolsas debajo de sus ojos lo delataban.

Se veía a través de ellos... dolor.

-Liam... -Susurré viéndolo fijamente, sintiendo mis ojos humedecerse lentamente.

Al escucharme, solamente sonrió desganado.

Y entró al aula de clases, dejándonos a Marion y a mí en medio del pasillo.

-Daf... -Murmuró ella viéndome con tristeza.

Bajé mi cabeza mientras mordía mi labio inferior, intentanto controlar las ganas que tenía por llorar sobre esta situación.

Señor, ayúdame...

-Estoy bien. -Respondí alzando la cabeza y le dediqué una pequeña sonrisa.

Marion no se veía convencida del todo por mi respuesta, pero decidió no decirme nada al respecto mientras entrábamos al aula.

Liam y yo nos sentábamos juntos, pero ahora que mi tía le prohibió acercarse a mí ya eso era algo del pasado.

Por su bien... decidí tomar distancias con él, no quiero que termine mal a causa de mí.

Aunque yo anhelaba estar junto a él y junto a mis verdaderos padres, mis amigos y hermanos en Cristo...

Los extrañaba...

-Bien muchachos, recuerden llenar los formularios para el viaje de excursión a Santa Bárbara, visitaremos las playas de la ciudad y también conoceremos el centro marino de allí. El viaje es la semana que viene y durará tres días, desde el viernes hasta el domingo.

Al escuchar Santa Bárbara pude sentir que mi cabeza hizo click ante la idea de viajar para allá, hacia mi viejo hogar.

¿Esta era una oportunidad que Dios estaba regalándome?

-¿Oíste eso? -Susurró Marion junto a mí con la misma expresión de asombro en su rostro.

Lentamente asentí con la cabeza, era un momento ideal para hallar a mis padres y decirles que estaba viva.

Que Dios me estuvo cuidando todo este tiempo a pesar de que no lo sabía.

Que al fin abrazaría a mi madre y a mi padre, y también hallaría las pruebas de lo que me sucedió años atrás.

Porque estaba determinada a saber qué pasó en el hospital, cuál fue el doctor que participó en mi cambio de vida y por qué mis tíos hicieron lo que hicieron conmigo.

Era algo que necesitaba saber, y el Señor me ayudaría en eso.

Él sacaría las verdades a la luz, y nada quedaría oculto.

-Es una oportunidad excelente, aunque tenemos que hacer que ése viaje dure más tiempo para poder investigar todo lo que necesito saber. -Sonreí hablándole en voz baja, mis ánimos regresaron.

Dios me estaba dando las salidas a los problemas de Liam y yo, y hablando de él.

Me giré a verlo, y estaba tan feliz como yo.

Esta oportunidad Dios nos la estaba dando, e íbamos a aprovecharla.

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¡Dios les bendiga!