XIII: Las memorias perdidas

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Era una habitación simple a primera vista, sin embargo lo llamativo para mí fue un álbum fotográfico que reposaba en la mesa de noche de Liam, por lo que por mero instinto lo tomé.

Y ver las fotos me hicieron petrificarme de la impresión, el niño de mis sueños era él.

-¿Qué...? -Susurré en un hilo de voz por la impresión al ver una foto de él y mía juntos.

Mis ojos se pasearon por las fotos y a medida que pasaba las páginas del álbum, mi mente comenzaba a sentir martillazos de recuerdos.

-¡Agh! -Grité de dolor tirando el álbum al suelo y sujetando mi cabeza entre mis manos.

Me arrodillé en el suelo y de repente todos los recuerdos desorganizados... comenzaron a cobrar orden.

-¡Me llamo Dafne Stevens! ¿Y tú? -Sonreí hacia el niño tímido de rasgos asiáticos.

-Yo... soy Liam Kang...

Más y más recuerdos azotaron mi mente como si fuesen camiones a toda velocidad, mis padres reales aparecieron en mi cabeza y los vi claramente en mi mente.

Yo era la viva imagen de mi madre, la cual era cantante en el grupo de alabanza. Tenía también los ojos marrones de mi padre, quien era maestro en la iglesia.

-Hija, recuerda que en el Señor están todas las respuestas.

-¡Dafne! ¡Liam llegó con los gemelos para que vayan a jugar!

Skye y Shawn, mis buenos amigos... también los había olvidado. Todos mis años de infancia finalmente aparecieron, lo que no podía recordar antes de los diez años al fin lo comenzaba a rememorar.

Y el recuerdo más importante, apareció.

El de mi accidente, iba con mis padres a la iglesia esa mañana y un conductor borracho arremetió contra nosotros. La del peor impacto fui yo.

-Yo... soy Dafne... Dios santo... las personas que creía que eran mis padres en realidad son mis tíos Clint y Loraine... -Murmuré en shock todavía por lo que acababa de recordar.

Era demasiado en tan sólo poco tiempo.

Respiré profundo pasando las manos por mi rostro, era demasiado para asimilar.

-Debo salir un momento... -Me dije levantándome a duras penas del suelo.

Dejé el álbum en su lugar y con lentitud salí de la habitación de Liam, necesitaba respirar aire fresco y quería ir a la playa.

El mar siempre estuvo anclado en mí, Santa Bárbara tenía muchas playas y la casa en donde vivía estaba junto al mar.

Por eso estaba mi amor hacia el mar, porque siempre estuve cerca de él.

Y la llama constante, todo este tiempo fue el Espíritu Santo dentro de mí y no lo sabía. Por eso mi curiosidad por Dios y Su Palabra.

Todo tenía sentido en ése momento.

Todo tenía sentido en ése momento

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∀ I S Ǝ N W ∀ 🔚 novela cristiana.Where stories live. Discover now