Capitulo XVII

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CAPÍTULO RE-SUBIDO

Lily, Peter y Sonia pasaron la tarde en el centro comercial, charlando, riendo y entrando a algunas tiendas, en especial tiendas de trajes, Peter estaba buscando el atuendo ideal para el baile de graduación.

Cuando la tarde estaba por acabar, Sonia se despidió de los chicos y les dijo que se iba para preparar la cena, dándole dinero a Peter para que se fueran a su casa en taxi.

—Al fin, solos, preciosa —dijo Peter abrazando a Lily por la cintura.

—¡Peter! —chilló Lily— las personas nos están mirando.

—¿Y? —respondió el castaño— tú eres una chica hermosa, yo soy todo un *adonis —dijo mientras flexionaba sus brazos para sacar músculos— ¿qué tiene de raro que estemos juntos ah?

Lily negó con la cabeza, sonriendo ante las palabras del muchacho que estaba a su lado, para luego darle un beso en la mejilla.

—Eres muy bonito Peter —susurro en su oído— y... si seguimos así... no sé, pero creo que podré llegar a quererte.

El chico no dijo nada, sólo sonrió, para él la situación era distinta, si seguían así como estaban, él no llegaría a quererla, no, si las cosas continuaban como hasta ahora, él terminaría perdidamente enamorado de ella.

Estaban caminando de la mano, decidiendo si iban a ver una película o si se iban ya a casa, cuando se toparon con un vestido en una vidriera, el vestido más hermoso que hubiese visto la chica jamás, era un vestido brillante, corto hasta la rodilla con mangas largas.

—¿Te gusta? —dijo Peter poniéndose detrás de la chica.

—Si... es muy bonito, pero no, se ve mejor allí en el maniquí, para empezar, no tengo dinero para comprarlo y además, ¿dónde lo usaría? Nadie me ha invitado al baile y dudo que lo hagan.

Peter la obligó a darse vuelta, cuando lo hizo, se consiguió con un Peter alzando una ceja como diciendo «¿hablas en serio?».

—Ah, ah ¡no me mires así! —dijo la chica alzando los brazos— tú no me has invitado...

—¿Y acaso no es obvio que quiero ir con mi novia al baile?

La chica lo miró confundida y el rompió a reír ante la expresión de terror de la chica.

—Cálmate preciosa —dijo dándole un beso en la mejilla— no te diré que no quiero ser eso para ti porque estaría mintiendo, pero sí, si lo que necesitas es que te lo pida —se arrodilló frente a ella, ante la mirada de los curiosos que por allí pasaban— ¿quieres ir al baile conmigo?

Lily se le quedó mirando, llena de nerviosismo por las miradas de los curiosos que se habían arremolinado a su alrededor, bajó la mirada y se consiguió a Peter haciendo gestos de súplica, como si lo que le hubiese pedido fuera matrimonio o algo así, ¿alguna vez podría conocer a otro chico más amante de la atención que él? Lo dudaba.

—¿Y bien? —insistió él— ¿qué me dices?

—Uhm —se mordió el labio— está bien, acepto.

El chico se levantó del piso y, en un ágil movimiento, cargo a la chica por la cintura y comenzó a dar vueltas, mientras que los curiosos, entre vítores, les pedían que se dieran un beso.

—Hay que complacer al público, ¿no? —dijo Peter sonriendo en la oreja de la chica.

—Siempre obtienes lo que quieres —refunfuñó la aludida, antes de darle a Peter un beso corto pero intenso.

Luego del beso, se separaron y, ante los aplausos de las personas que les miraban, los adolescentes se dedicaron una sonrisa cómplice y comenzaron a hacer una reverencia.

Vida en Línea (En edición) ©Where stories live. Discover now