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𝐧𝐨 𝐭𝐚𝐧 𝐧𝐨𝐫𝐦𝐚𝐥𝐮𝐜𝐡𝐨

El verano es una estación que muchos describirían como la etapa del año dedicada a pasar un buen rato en piscinas y playas, pero para Clara Martin ese no era el caso

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El verano es una estación que muchos describirían como la etapa del año dedicada a pasar un buen rato en piscinas y playas, pero para Clara Martin ese no era el caso. Si pasar el verano en un pueblo en el que no tenía amigos (porque, seamos honestos, por más que quedara con la mejor amiga de su hermana y esta, no significaba que fueran amigas) ya era de por sí deprimente, imaginaos lo aburrido que tuvo que ser si además tenía que ir a una academia.

Insufrible, ¿verdad?

Gracias a esto, encontró el tiempo y el lugar en el que practicar su desmesurada magia sin tener espectadores y también aprovechó el verano para mejorar sus piruetas de animadora. Ya que Caroline no estaba para obligarla a unirse a las prácticas de verano, tuvo que entrenar sola, no podía perder la destreza que tenía con las volteretas y saltos. Realmente, no le vendría mal una pequeña ayudita para sorprender a las actuales líderes del grupo.

Sus prácticas fueron lo único interesante que le ocurrió en todo el verano. Se perdió la fiesta de cumpleaños de Elena y con ella todo el drama alrededor de la búsqueda secreta. O no tan secreta, pues los implicados le iban actualizando sobre el tema. Al final Damon y Elena fueron tras Stefan dos veces, dos veces en las que ella pudo ser vista por Klaus. Y eso podría haber acabado mal, muy mal.

Volviendo a la actualidad, ahora Clara se encontraba saliendo de su Volkswagen Beetle aparcado en el parking de la escuela, sintiendo la mirada de muchos otros estudiantes en ella. No era un secreto que la hermana mayor de Lydia había vuelto al pueblo y muchos habían aprovechado el revuelo para lanzar sus incongruentes hipótesis sobre el por qué de su regreso. Que si el novio la había dejado, que si había peleado con sus amigos de Mystic Falls, que si se había quedado embarazada y había vuelto para cuidar al bebé...

Todas eran bobadas y cosas sin sentido que venían de gente que, claramente, no la conocían.

Llevando su distintiva bandolera marrón al hombro, caminó sobre el asfalto hasta llegar al edificio en el que se realizaban las clases. Allison le había ofrecido ir con ella y Lydia al instituto pero Clara se negó, pues no quería ser un estorbo para la morena y disfrutaba de conducir en la soledad. Las miradas que se posaban en ella iban acompañadas de murmullos y susurros, lo cual hizo que la pelirroja no pudiera evitar rodar los ojos. La gente no era muy discreta.

A pasos rápidos, sus botines resonaron por los pasillos del instituto mientras avanzaba hasta llegar a secretaría. Su falda negra se ondeó en el aire cuando frenó repentinamente delante del escritorio de la secretaria, regalándole una pequeña sonrisa a la susodicha. La mujer le entregó su horario y la combinación de su nueva taquilla, y le devolvió la sonrisa. Después del intercambio de información, la de ojos mieles se marchó en búsqueda de su taquilla, que no tardó mucho en encontrar, recordando con casi con plena exactitud cómo era el instituto.

the older martinWhere stories live. Discover now