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𝐞𝐥 𝐟𝐢𝐧

Solo hizo falta que Clara subiese la persiana y abriera la ventana minutos más tarde para sentir su estúpida presencia de nuevo

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Solo hizo falta que Clara subiese la persiana y abriera la ventana minutos más tarde para sentir su estúpida presencia de nuevo.

¿En serio iba a estar pegado a ella como una lapa todo el tiempo? ¿Es que no tiene demonios de su edad para jugar?

-Tú no tienes muchos hobbies, ¿verdad? -la pelirroja se pasó una mano por su cabello, colocándoselo hacia un lado.

Su pelo estaba tan sumamente enredado que no había manera de que pareciese estilizado, y su pijama y su cara embobada ayudaban a finalizar su aspecto entristecido. Aquella farsa no serviría nada si el pesado Nogitsune estaba con ella. Dicho demonio ignoró su comentario y se dedicó a cotillear uno de sus blocs. Pasó un par de hojas antes de hablar:

-Bueno, eres la única persona con la que puedo hablar sin que salga gritando. Y, aunque eso fuese de lo más delicioso -el demonio se relamió los labios ante la impasible mirada de Clara, dejando bastante claro en qué estaba pensando-, me gusta tu compañía.

-¿Qué quieres?

"Stiles" volvió a ignorar su pregunta y siguió pasando hojas. La híbrida rodó los ojos y se acercó a él. El demonio dejó de hojear cuando un dibujo captó su atención. Era un pequeño boceto de Stiles sin finalizar, que empezó en una clase por puro aburrimiento.

Clases...

¿Tendría que acudir a ellas cuando el cuento se le acabara? ¿O podría simplemente desaparecer?

-Qué teatrillo te has montado -el demonio cerró el bloc y lo dejó en el escritorio, apoyándose en este acto seguido. Volvía a tener una sonrisa en su rostro, un nuevo plan puesto en marcha-. ¿Crees que realmente te van a dejar en paz, que el Original lo va a hacer?

-¿Qué quieres decir con eso?

Clara sabía que no debía fiarse de aquel individuo, pues si quería que todo funcionase como ella quería, tenía que trabajar sola. Por otro lado, fingir ser Clara con humanidad por mucho tiempo no entraba en sus planes. Quería divertirse y no quería que fuesen detrás de ella si se marchaba a un lugar más interesante, como Nueva Orleans, en donde sabía que existía una fuerte comunidad sobrenatural.

Así que, naturalmente, escuchó con atención al Nogitsune:

-Obviamente, todos van a pensar que estás triste, que necesitas tiempo para pensar -hizo un gesto con la mano de burla-. Pero sabes que tu farsa tiene los días contados y eventualmente tendrás que plantarle cara.

El demonio alzó las cejas, dando a entender que él había planificado una supuesta mejor alternativa, y esperó a que Clara preguntara.

-¿O...?

-Podrías dejárselo bien claro.

-¿Qué insinúas -Clara se acercó al demonio, con la intención de recordarle cuán indefensa era-, que no se arreglármelas solita?

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