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𝐬𝐞𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐲 𝐜𝐮𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐨𝐭𝐨𝐬

Aquella noche, a Clara le costó bastante conciliar el sueño, lo sucedido repitiéndose en su mente en bucle

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Aquella noche, a Clara le costó bastante conciliar el sueño, lo sucedido repitiéndose en su mente en bucle. Rodó una última vez en la cama, quedando tumbada sobre su espalda, y miró entre las penumbras el techo de su habitación, dando un suspiro.

Katherine se había ido tiempo después de saber que Klaus andaba tras la híbrida, alegando que ya no tenía nada más que decirle, aunque ambas mujeres sabían la verdad. Estaba asustada, si Klaus iba a por Clara, ya debería de saber que ella estaba con la menor, así que debía irse cuanto antes. Katherine le prometió contactarla de nuevo si se enteraba de algo, pero si eso significaba poner su vida en peligro, bien Clara sabía que Katherine no vendría.

Aburrida y cansada por no poder dormir, la pelirroja comenzó a observar la oscuridad de su cuarto: la montaña de cuadernos de su escritorio, sus botines favoritos desperdigados cerca de la alfombra, la silueta pegada a su puerta que parecía una persona... Espera, eso no parecía una persona, era una persona.

Antes de que se pudiera poner a chillar, una mano le tapó la boca y torció el cuello de tal manera que dejaría inconsciente un par de horitas.

***

Cuando Clara despertó, se encontraba un lugar totalmente diferente del que se había ido a dormir: el gimnasio de su antiguo instituto en Mystic Falls.

Ella estaba tumbada en el suelo cuando abrió los ojos, escuchando quejidos de una adolescente no muy lejos de ella. Desorientada y algo mareada, se estabilizó sobre sus codos para poder ver qué estaba ocurriendo. La adolescente, probablemente estudiante del instituto, tenía la pierna levantada y luchaba por mantener el equilibrio; a su lado, otro joven permanecía impasible ante la escena. Estaban obligados...

¿Pero por quién?

-Mira quién se ha despertado -aquella voz... ¡Klaus!-. Bienvenida al mundo de los vivos, amor.

La pelirroja giró su cabeza hasta mirar al rubio, que estaba a pocos pasos detrás de ella. El híbrido milenario sonreía satisfechamente, pero bien Clara sabía que esa sonrisa no era de real alegría: ella, después de todo, no le había contado que Elena seguía viva. Esta estaba a pocos metros de Klaus, con una mueca de nerviosismo en su rostro además de una postura cautelosa, mientras observaba al de mil años interactuar con su amiga. Después de Klaus prometerle salvarle la vida a Damon, Clara le juró lealtad, así que el Original estaba más que molesto con ella.

-Pensé que habíamos hecho un trato.

-Y aún así te llevaste a Stefan, los dos hemos roto nuestras promesas -mientras se ponía de pie, la pelirroja (que aún seguía llevando su pijama morado y negro con el que se fue a dormir) le rebatió. Klaus murmuró alguna respuesta afirmativa antes de que la híbrida continuara hablando:-. ¿Por qué me has traído aquí? Ya tienes a Elena, no creo serte de mucha ayuda.

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