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𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐞𝐬 𝟏𝟖

Por suerte o por desgracia, el buen rollo que se había formado en la fiesta mientras Elena y Damon estaban ausentes se vio interrumpido por su regreso

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Por suerte o por desgracia, el buen rollo que se había formado en la fiesta mientras Elena y Damon estaban ausentes se vio interrumpido por su regreso. Durante su ausencia, el grupo había puesto música para bailar y hacer un poco el tonto. Clara sabía que estaban haciendo tiempo para que volvieran sin perderse los regalos ni la tarta. Tarta que Clara aún no había encontrado.

Damon y Elena estaban acompañados por Jeremy, que traía consigo una gran tarta de chocolate negro, la favorita de Clara. El adolescente le sonrió incómodo cuando la vio, como a modo de disculpa por su tardanza; Damon se veía muchísimo más calmado y Elena sonreía como la chica buena que era. Algo le dijo a Clara que no habían tardado por la tarta...

Jeremy fue a dejar la tarta al comedor y Damon alejó a Clara del grupo cuando esta trató de ir a echarla un vistazo.

O un bocado.

-¿Te vas a dejar de comportar como un niño pequeño ya, Damon? ¿O me quieres hablar para seguir diciendo estupideces?

La pelirroja no se contuvo ni un poquito, cruzándose de brazos muy fastidiada. Damon miró a Clara con ojos de corderito, dejando que sus sentimientos salieran a la luz, sin intentar ocultarlos.

-Lo siento mucho -el vampiro ignoró su provocación y se disculpó. Clara estaba sorprendida por su rápida disculpa, pero decidió no mostrarlo y dejar que siguiera hablando-. Soy un idiota.

-Sí, sí que lo eres.

Los ojos de Damon ya no tenían ese azul frío que tanto le caracterizaba; ahora se mostraban más cálidos y arrepentidos, posiblemente por el hecho de que estaban solos. Damon parecía realmente dolido, cosa que hacía que Clara quisiese perdonarle rápido, pero no iba a dejar que le pusiera ojitos y se fuera de rositas.

Se había disculpado con ella hace unos días y ya había vuelto a hacerla daño. Y encima en su cumpleaños.

Damon Salvatore no tenía tacto, ni sabía controlar sus impulsos y ya era hora de que Clara le plantara cara. Aunque eso no significaba que quisiese estar peleando en su cumpleaños.

-Lo siento, Clara -Damon se repitió cuando Clara se le quedó mirando sin ninguna expresión en su rostro-. Me cuesta aceptar que estás con Klaus y por eso he reaccionado así. Eres como una hermana pequeña para mí -la susodicha alzó las cejas ante su confesión. En todo caso, ella no era como la hermana pequeña de Damon, sino su hermana mayor: siempre tenía que frenarle antes de que hiciera estupideces y decirle cosas como a un niño pequeño-. Preferiría mil veces que estuvieras con el chico ese rarito, el humano...

-¿Stiles? -la pelirroja intentó aguantar las ganas de reírse ante su explicación, mordiéndose el interior de su mejilla, se supone que debía estar enfadada- Está poseído, yo no diría que es una buena opción, Damon.

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