Capítulo 15

546 51 6
                                    

POV Castiel

Estaba contrariado, ya no sabía qué debía creer. Haber discutido con Sucrette me afectó mucho más de lo que creí, después de todo no la conocía hace tanto tiempo, pero el verla llorar de alguna forma me... conmovió. Parecía un pequeño cachorro herido y eso me recordó un poco a Demonio. Ayer intenté hablar con ella pero parecía estar empeñada en evitarme después de nuestra discusión.

Mientras reflexionaba un poco sobre lo que había pasado, Debrah apareció entre los pasillos. No pude evitar pensar "que fastidio", no sabía como antes la soportaba. Hablaba de cosas huecas y sin importancia y creía que "seduciéndome" un poco caería a sus pies otra vez. Escuchaba sus estupideces pensando que tal vez sería mi única forma de llegar a alcanzar la fama, aunque muy en el fondo sabía que no era cierto.

Sin poder soportar más sus ocurrencias, inventé una excusa para escapar. En un momento me encontré con Sucrette y la obligué a escucharme, me sentía mal al ser evitado, una de las cosas que odiaba era precisamente eso. Aún así me ignoró y se fue dándome la espalda. Me resigné irritado, ¡qué molesto!

  Entre los pasillos caminaba sin un rumbo fijo, pensando en cuál sería la decisión correcta, si decidía irme tendría que dejar absolutamente todo, mis padres, mis amigos y compañeros, y también a... Nath.  

Su rostro vino a mi mente y no pude evitar recordar lo que había sucedido ayer. Era la primera vez en que lo vi tan deprimido, sin vida en sus ojos ¿Estaba afectado por verme con Debrah?, pero él dijo que no estaba interesado en ese tipo de chicas... Entonces, ¿por qué? Habrá sido... ¿Por mí? Al pensar en eso me sentí un poco avergonzado, nunca se me había pasado por la cabeza, pero de alguna manera estaba...feliz.

De pronto me choqué con alguien en el pasillo. Estaba tan absorto en mis pensamientos que no estaba mirando.

-Perdón - no pensé mucho en mis palabras y mi mirada no se encontraba en la persona con la que me había chocado.

-¿Castiel pidiendo perdón? ¡Esto es nuevo! - mi vista se alzó rápidamente para encontrarme con unos ojos color miel y una pequeña sonrisa sarcástica.

-¿Eh? ¡Delegado! - estaba sorprendido, parecía haber recuperado todo el ánimo que ayer perdió. Pero no solo eso, después de creer que el delegado estaba enamorado de mí, me sentía avergonzado de solo mirarlo.

-¿Qué te pasa? - se quedó viéndome con una expresión de "bicho raro".

-¡N-nada! ¡¿Qué quieres?! - entré en pánico.

-Estás actuando muy raro, pero no me importa - dijo con indiferencia - solo quería agradecerte por interesarte en lo que me había pasado.

-Ah...es cierto ¿Cómo estás ahora? - había olvidado la conversación que tuvimos ayer. Su actitud era extraña, parecía mucho más amable hoy.

-¡Bien! Gracias de nuevo - sonrió, espera ¿por qué sonrió? me sonrojé un poco - bueno, eso era todo, me voy.

-¡Espera! - lo detuve sujetando su brazo - ¿Pasó algo para que estés de tan buen humor? 

-No te importa... - cambió su expresión, parecía mucho más serio.

-¿T-tiene que ver con alguien? - sentía la inquietante necesidad de preguntárselo.

-...Tal vez - y diciendo esto, se fue.

¡No podía ser posible! Nathaniel me quería a MÍ, no había forma de que le importara alguien más que yo. De alguna forma me había convencido de que Nath estaba enamorado de mí y que era por eso que actuaba de esa manera conmigo. Aún así, me sentía un poco inseguro.

La voz más molesta del mundo se hizo escuchar en los pasillos repitiendo mi nombre. Después de saber que pensaba Nath de mí ya me había decidido.

-Lo siento Debrah, no puedo irme contigo.

-¡¿Qué?! - su voz fue tan ruidosa, que hasta ella misma se sorprendió un poco - Es decir...gatito, ¿estás seguro de que estás tomando la decisión correcta? - odiaba que me diera ese apodo, era irritante. Parecía afligida por mis palabras.

-Perdón, pero no quiero irme en este momento. Creo que es importante que al menos termine de estudiar para poder hacerlo y espero lograr el éxito por mí mismo, fue una gran oferta, pero tengo que rechazarla.

-P-pero gatito, piensa en las posibilidades. Si te vas conmigo, tendrás el éxito asegurado porque estarás con otra estrella, además... - se acercó de forma melosa hacia mí - si vienes conmigo podremos estar juntos de nuevo - tomó mi brazo y lo estrechó contra su pecho.

-Suéltame, si te digo que no es que no. Además nuestra relación quedó en el pasado, no tengo interés en ti. -no estaba en lo más mínimo interesado en una chica que se entrega así de fácil. Me libré de su agarre y y caminé por el pasillo alejándome de ella, pero por un momento me detuve - ¡Ah! se me olvidaba... No vuelvas a llamarme de ese modo, es asqueroso. - y me fui definitivamente.

Al día siguiente intenté de todas las maneras posibles ignorar a la pesada y molesta de Debrah, que parecía estar convencida de que si insistía conmigo conseguiría que cambiara de opinión, para mi era una verdadera molestia. Por otra parte, tenía ganas de ver a Nath, quería pasar tiempo con él, pero no lograba encontrarlo en ninguna parte.

Mientras esa chica me seguía, pude ver de reojo como Alexy, que se había hecho amigo de ella, le decía algo en el oído. Después de eso se la llevó en dirección al pasillo, aproveché esa instancia para escaparme e ir a la sala de delegados, seguro que Nath estaba ahí. Para mi sorpresa élno se encontraba allí, la única persona que estaba en el lugar era Melody, al verla fruncí el ceño ¿Qué hacía esa chica aquí? Sabía que estaba muriéndose de amor por Nathaniel y antes francamente me daba igual, pero ahora por alguna razón me irritaba.

-¿N- necesitas algo? - dijo algo nerviosa al verme.

-¿Dónde está el delegado? - dije algo demandante, tratando de intimidarla con la mirada.

-N-no lo sé, salió hace un momento ¿Qué necesitas? tal vez yo pueda ayudarte... - aún cuando dijo eso, su cara me decía que no tenía ninguna gana de "ayudarme".

-¡No quiero tu ayuda! Necesito al delegado - crucé mis brazos con una mirada intimidante con la que palideció - Bueno, si no está me voy - y salí de la habitación.

¡Maldita sea! ¡¿Dónde se había metido?! justamente cuando quería hablar con él. 

Llegó la tarde y no me encontré con el delegado a excepción de las clases, en las que le lanzaba miradas fijas y penetrantes para que volteara, sin mucho éxito. Algo resignado caminaba por los pasillos sin mucha motivación, lo único bueno del día es que me había librado de Debrah. En cuanto pensé en ella me pregunté ¿dónde estará? No me preocupé mucho por ello.

Al estar distraído mi hombro rozó contra el de alguien más, al voltear me di cuenta de que era... ¡el delegado! Sin darme cuenta lo llamé sin pensar.

-¡Delegado! 

-Ah, hola Castiel - sonreía, parecía estar de buen humor.

-¿Hoy tambiénestás de buen humor? - pregunté intentando ser casual.

-¿Se me nota mucho? - su sonrisa era aún mayor.

-¿A qué se debe? ¡E-es la primera vez que te veo tan feliz! - intenté que sonara natural, pero por alguna razón estaba nervioso hablando con él.

-¡Ya lo verás! - dijo posando su mano sobre mi hombro - Por cierto...deberías quedarte por acá y estar atento a los altavoces - fue lo último que dijo antes de marcharse por los pasillos.

¿Qué estaba tramando? 

Te quiero... ¡Te odio! Te amoWhere stories live. Discover now