Capítulo 16

539 49 1
                                    

POV Nathaniel

Ya estaba preparado para oír su voz en los altavoces del instituto. Me sentía tan feliz de saber que esta bruja sería desenmascarada públicamente, que no podía concentrarme en el papeleo. Después de todo lo que había sucedido, sabía que quien más estaría herido con todo esto sería Castiel, ya que yo entendía más que nadie cuanto la quería, pero era algo necesario, si no se enteraba seguramente se iría con ella.

Los altavoces sonaron repentinamente, y una sonrisa se dibujó en mis labios. Por fin había llegado el momento. 

La conversación fue bastante breve, pero en ella Debrah se delataba por completo. Incluso llamó a todo el mundo "imbéciles" sin siquiera titubear. Luego pareció darse cuenta de lo que había pasado y quiso descargar toda su furia en Sucrette, pero llegaron los demás a ayudarla. Por mi parte no podía salir de la sala de delegados, tenía mucho trabajo como para poder hacerlo, aun así escuché todo lo que decían, después de todo estaban en el pasillo y hablaban muy fuerte.

Cuando terminó todo eso, suspiré con alivio. Aún no podía creer que se había acabado definitivamente el asunto de esa mujer. Durante mucho tiempo estuve deprimido por su causa, porque por su culpa Castiel y yo nos odiábamos, ahora ya me di cuenta que no fue solo su culpa, su confianza en mí era tan poca que no dudó ni un segundo en creerle a esa bruja. Ya no es un asunto que me importe, ya todo se acabó definitivamente, con esa mujer, y con Castiel.

La siguiente semana Castiel brillaba por su ausencia, después de lo que pasó con Debrah estoy seguro que se sintió mal al dudar de Sucrette y ahora estaba deprimido y meditando sobre lo que pasó. Por mi parte, me sentía como liberado, a pesar de que continuaba con las exigencias que la directora y mis padres me imponían sentía que no era nada comparado con los días anteriores en que tenía que ver a esa mujer. Entre los papeles, uno en particular se hizo notar como de costumbre, "justificante de ausencia" y el nombre en el papel decía "Castiel". 

Si no llegaba mañana, lo expulsarían. Suspiré y aparté el papel de los demás, ¿cuánto tiempo le tomaría volver a la normalidad? No quise darle mucha importancia y me centré en mi trabajo de delegado. Cuando terminé, me di cuenta de que había pasado la hora limite para salir del instituto. Entré en pánico, si llegaba más tarde en esta semana mi padre no tendría piedad ya que era la segunda vez de la semana. 

Como de costumbre, me golpeó. No intenté explicarme, sabía que no me escucharía aún si lo intentaba. En cuanto sus manos tocaron mi cuerpo, toda la felicidad que en un momento sentí, se fue en ese instante. 

Al día siguiente, Castiel apareció. Escuché por los pasillos que traía ropa nueva, pero eso era lo que menos me interesaba, lo único que quería con él era que firmara el justificante. En el camino a buscarlo me encontré con la directora, que tomó el papel y lo arrugó para tirarlo a la basura unos minutos más tarde, intenté dialogar con ella sobre Castiel, pero dijo que hablaría personalmente con él y que fuera a buscarlo.

Mientras recorría los pasillos, comencé a pensar en mi relación con él. Después de todo el asunto con Debrah, me rendí por completo con ese asunto. Sabía que Castiel siempre amó a Debrah, y que aún si no la amaba a ella, amaría a otra chica, ya que a él le gustaban las mujeres. Era un caso perdido el seguir luchando por algo que nunca se hará realidad, realmente me sentí un estúpido cuando lo pensé mejor. Ahora Castiel solo era un compañero que alguna vez fue mi amigo, eso es todo.

En el pasillo me choqué con alguien que estaba saliendo del aula, era Sucrette. 

-Lo siento, no te vi - dije sin pensarlo.

-No hay problema...¡Ay! - parecía que alguien se había chocado con ella por detrás.

-¿Qué haces detrás de la puerta? - esa voz me sorprendió un poco.

  Unos momentos después Castiel salió detrás de ella, entonces vi claramente las cosas. Era obvio que Castiel y Sucrette tenían alguna cosa, después de todo fue ella quien intentó abrirle los ojos y lo apoyo después del asunto de Debrah. 

-Ah... - recordé a lo que venía - Te estaba buscando - dirigí mi mirada hacia él.

-¿Por qué estás enfadado conmigo? - me sorprendieron sus palabras, pero sobre todo su expresión. Parecía muy herido, como si se sintiera mal por lo que había hecho.

-La directora quiere verte - cambié rápidamente de tema, no quería ver como sentía lástima por mí. - Supongo que es por las ausencias.

-¡Tsk! ¡¿No me van a dejar en paz con esa historia siquiera por cinco minutos o qué?! - exclamó, aparentemente muy irritado.

Después se fue hacia la sala de profesores, muy enojado. Me sentí mucho mejor cuando se fue, estaba agobiado con la idea de que se disculpara, sobre todo en frente de Sucrette. 

-Él acaba con mi paciencia - dije sin pensarlo mucho.

-Creí que se reconciliarían - dijo algo decepcionada, como si fuera bueno que nosotros dos fuéramos amigos ¿qué rayos pasaba por su cabeza? 

-¿Por qué ocurriría eso? - dije mirándola fijamente.

-Bueno, ahora que sabe como es Debrah, creí que - no dejé que terminara su frase.

-Él sabe que ella lo utilizaba, pero en ningún momento pensó en mí o en lo que pasó con nosotros - no valía la pena sacar a la luz eso ahora.

-Entonces ¿no vas a intentar aclararle lo que Debrah hizo contigo? - parecía realmente preocupada por que nosotros arregláramos ese asunto.

-¿Para qué? - ya estaba cansado de tener esta conversación. Es cierto que en algún momento creí que ya no me odiaba tanto, pero eso ahora ya no me importa, lo que sienta ya no es un problema mío.

-¿Para que no te odie? - dijo como si fuera lo más obvio.

-¿Lo haz visto? 

-Si, pero ¿eso qué tiene que ver? 

-¿No te das cuenta que le da igual? No serviría de nada hacerme la víctima ahora. Me odia y yo también lo odio, sin importar como empezó. No vale la pena enfocarse en el pasado, en este momento nos odiamos y eso no cambiará. - ya no tenía caso intentarlo, nuestra relación seguiría igual.

-Que lástima - parecía realmente desanimada ¿De verdad le importaba tanto nuestra relación? o más bien ¿Por qué le importaba? No entendía a esta chica en lo más mínimo.

Cuando terminé con esa molesta conversación, fui a la sala de delegados para terminar con el papeleo. Estaba bastante bien, con ritmo al que iba terminaría antes las cosas, mi concentración se fue por completo con el toque de la puerta. Suspiré y pensé "Melody...", nadie más que ella tocaba antes de entrar, ni siquiera la directora tocaba, solo ella. 

Me ayudó con el papeleo, o con lo que quedaba que no era mucho. Salí un momento hacia el bañó y mojé mi cara con el agua fría que corría por el grifo, hacer esto era de alguna manera relajante, sentir las gotas heladas en mis acaloradas mejillas me aliviaba. Al regresar, Melody parecía nerviosa, pero no quise preguntarle por qué. 

Terminamos con el trabajo, Melody se fue antes por que según ella, no estaba muy cómoda en el instituto. Sacaba mis cosas cuando escuché la voz de alguien. Era...

  

Te quiero... ¡Te odio! Te amoWhere stories live. Discover now