Te quiero... ¡Te odio! Te amo

Capítulo 34

POV Castiel

Los pasos se acercaban más y más aumentando la tensión y adrenalina. De pronto, los pasos se detienen, formando así un silencio absoluto.

-¡Te encontré! - Iris gritó repentinamente. Al parecer había encontrado a alguien, quien no emitió ningún sonido. En la conmoción, un empujón con mucha fuerza me sorprendió al punto de caer definitivamente al suelo. Nathaniel me había empujado, al parecer con todas sus fuerzas y parecía muy molesto.

No emitió sonido alguno, pero su cara era suficiente para saber que recibiría un largo regaño de su parte después de terminar el juego. El delegado aún agachado intentó moverse discretamente por el piso, sujeté su mano para detenerlo, a lo que respondió algo molesto librándose de mí. Estaba por marcharse, cuando se detuvo en seco, seguro que había visto a Melody o Iris. 

-¡Nathaniel! - la castaña gritó y por alguna razón sabía exactamente lo que estaba pasando aún sin ver nada. La cara del rubio maldiciendo todo, Melody con sus ojos de corazón señalándolo, incluso a la colorina que estaba sorprendido y que luego sonreía como idiota por encontrar a alguien más. Se me hacía cómica la situación, pero si me reía probablemente me encontrarían. Todo estaba bien para mí, era gracioso ver al delegado fastidiado y resignado caminando hacia las chicas.

-Espera, alguien más podría estar ahí. - Iris sin pensarlo se acercó a echar un vistazo a la cocina. Maldije en mi interior mientras sus ojos se fijaban en mí. - ¡Es Castiel! - sonrió sin pensarlo, yo solo solté una expresión de fastidio. 

Al salir de allí pude ver que la castaña me miraba fijamente como analizando la situación, que claramente era sospechosa. Parecía querer decir algo, sin embargo Iris habló antes diciendo que debían encontrar al resto. Ambas se marcharon sin prestarnos mayor atención. 

Caminé lentamente hacia el delegado, que fijaba su mirada por los alrededores como para verificar que no se encontraba nadie en el lugar. 

-¡¿Qué te pasa, estás loco?! - no tardó en gritarme, molesto. 

-Vamos, nadie nos descubrió ¿verdad? - sonreí de forma burlesca. 

-Eso no importa, ¿cómo se te ocurre besarme en ese lugar mientras que ellas estaban cerca? Un poco más y... - suspiró con fastidio al ver mi cara de satisfacción por verlo enojado. - lo hiciste a propósito ¿verdad? - no dije nada, no era necesario ya que lo único que hacía era contener una risa tapando mi boca. 

Nos sentamos en el sofá de la sala para conversar, al parecer algo le molestaba y no estaba seguro de si decírmelo o no, lo notaba por su expresión. Antes de que hablara lo interrumpí. 

-Deberíamos buscar un lugar más privado, pronto llegarán los otros y escucharán nuestra conversación. 

-Tienes razón. - justo en ese momento, como si los hubiera invocado, todos los que estaban antes en el jardín, ahora estaban entrando y llegando hasta la cocina para comer o beber algo.

Nos pusimos de pie y caminamos hasta una de las habitaciones en las que entramos. Oímos ruido en los pasillos y alcanzamos a escuchar que solo faltaban tres personas por ser encontradas, no hicimos comentarios sobre eso. 

Nathaniel parecía nervioso, caminaba de un costado de la habitación a otro mirando hacia el piso, con una mirada de preocupación.

-¿Por qué no te sientas en la cama? - sugerí, éste alzó la vista como si recién se hubiera percatado de mí.

-Lo siento, tienes razón. - suspiró y se sentó en la cama. - La verdad...me cuesta un poco hablar contigo sobre eso... sé que me ayudaste con el tema, aun así no creo que sea agradable sacarlo de la nada.