2. Kenna

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Ceder no es una opción

—¡Kenna, detente! —Mamá intenta mantenerme en mi lugar en la cama.

Me remuevo con más fuerza. No es que tenga mucha de todos modos.

—No quiero estar aquí, tengo que ir a clase y luego hay práctica de soccer. —Me cuesta respirar y me pregunto si mis pulmones también necesitan ser reemplazados—. Y le dije a Maise que la ayudaría con la tarea de química, y a Tyson que lo vería en...

—Kenna, por favor. —Ese es papá.

Pocas veces lo oigo rogar por algo como ahora. Me quedo quieta. Nadie me fuerza a recostarme mientras le sostengo la mirada.

—No quiero estar aquí. —Inhalo despacio a pesar de lo agitada que estoy—. Puedo esperar por el corazón en casa.

Intercalo la mirada entre ellos, ignorando a la enfermera que espera incómoda en la puerta corrediza.

Ben Hamilton es profesor de antropología. Está acostumbrado a tratar con gente más joven y tal vez por eso me contempla con más suavidad. Me entiende más.

Harriet Quinn es abogada. Su mirada es intensa, como una orden no dicha. Es una mujer práctica: si tienes un problema, resuélvelo. ¿Peligra un poco tu salud? Al hospital, importa un diablo lo demás. No importa nadie más.

Suave o duramente, ambos coinciden en que este es el lugar donde debo estar. Sé que ninguno va a ceder, así que me rindo.

—De acuerdo. —Me siento en posición de flor de loto. Maise empezó con clases de yoga el mes pasado y practicamos por diversión en las noches de pijamada—. Pero ustedes se marchan. Ahora.

Los nudillos de mi madre palidecen sobre la correa de su bolso. Mi padre parece querer decir algo, pero no lo hace.

Ambos se van y, mientras la enfermera entra y en silencio me coloca una intravenosa, los veo a través del cristal. Él le rodea la cintura y le susurra algo al oído: «Todo estará bien».

Ella asiente y cierra los ojos. La conozco. Mamá nunca dirá «ojalá que lo esté» o «eso espero».

Ella probablemente conteste: «Lo estará, lo sé». Aunque no estoy segura de que yo lo haya estado desde hoy por la mañana, que lo esté o que lo vaya a estar.

¿Cómo podría estar bien si lo único que necesito para salvarme es algo que no quiero y nunca querré?

Lo que digo para salvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora