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Estaba apunto de rendirse,  no veía movimiento,  tal vez todos tenían razón,  en la Luna no hay nadie,  quizás ahora tenía alucinaciones.  A lo mejor así sería de ahora en adelante. 

Se levantó y caminó a la ducha,  tomó la perilla de su puerta,  sabía que sí salía estaría desistiendo de que ese chico existiera,  pero después de once días solo parándose para ir al baño sus esperanzas estaban por los suelos.

Salió hacía su trabajo,  donde el deseaba no lo hubiesen hechado.  La primer persona a la quien vio fue a Jimin,  el jefe del lugar,  sentado cómodamente en una mesa con una taza de café y periódico.  Sino lo conociera bien,  sabría que el odia leer,  pero al parecer lo que estaba en ese papel era muy interesante para no notar su presencia.  Hoseok tosió un poco llamado la atención del otro,  que al darse cuanta dejó caer la bebida que sostenía y apenas llevaba a sus labios. 

-Hola Jimin,  antes de que me corras sólo quería decir que... -No terminó cuando Jimin corrió a abrazarlo. 

-Creí que nunca ibas a salir de ahí.

-Sólo,  déjalo,  no quiero recordar esos días,  durante todo este tiempo vine al trabajo y ya.... Nada más ¿Por favor? - Parecía que estaba intentado convencerse a sí mismo más que a Park.

-De acuerdo. Y... No perdiste tu trabajo.

Jimin era una increíble persona. Se separó de Hoseok y lo miro directo a los ojos  apenas a unos centímetros de su cara.  La incomodidad creció en los primeros segundos,  pero no se sentía mal...

-Gracias.  -Contestó tiempo después cuando ya hasta había olvidado lo que le había dicho.

-Se que no te gusta mucho la navidad pero...estaba pensando que quizás... Quiero que vayamos al centro de la ciudad.. Entiendo si dices que no por lo que te paso.

-Jimin... Si quiero ir. 

No sabía ni porqué había dicho que si.  Tal vez era momento de olvidar a la Luna. 

 El Dueño De La Luna 🌙 JunghopeWhere stories live. Discover now